Sinopsis

2726 Words
Seis años atrás Cristal No entiendo como las cosas pueden cambiar de un momento a otro, en la mañana me desperté tan feliz y ahora… ¿Alguna vez han sentido como si se cayeran de un precipicio aun vacío al que nunca llegaran porque no tiene final? Pues así me siento yo en este momento, es como si cayera aun pozo del que nunca podré tocar fondo. Ese sentimiento de opresión en el pecho atranca el aire, no puedo respirar, duele tanto que preferiría no tener corazón, sé que dolía, pero nunca me imaginé que dolería tanto. En realidad, ni siquiera el abandono de mi familia me afecto tanto como me afecta tanto su traición, quizá es porque de ellos me lo esperaba, de personas como ellos podría esperarme cualquier cosa después de todo nunca me demostraron que les importara. Sin embargo, él, al principio se rehusó y aun así me demostró que yo parecía ser su mundo ¡Nunca me lo espere! No entiendo que hice mal, me entregue en cuerpo y alma porque sentía que era él lo que necesitaba para ser plenamente feliz, porque él me hacía feliz, porque por una vez en mi vida después de ella quise confiarle una parte de mi corazón a alguien, porque creí que cuidaría mi corazón tal como ella lo hacía; sin embargo, me equivoque. Lo único que necesitaba para ser feliz era hacerle caso a ella, debí mantenerme lo más alejada posible de él, pero soy una estúpida que creyó que esto sería un cuento de hadas; no hice caso a sus advertencias y ahora tengo que llevar este dolor en lo más profundo de mi ser. Lagrimas caen por mis mejillas no las puedo contener este dolor me está consumiendo; todo a mi alrededor ha perdido el sentido natural de la vida. Camino por las calles tratando de encontrar un sentido que no veo por ningún lado, todo es tan extraño y tan ajeno a mí. Ajena es como me siento ¿Así se siente cuando te rompe el corazón? Veo a las personas pasear tomadas de la mano con una sonrisa en el rostro y por primera vez me siento lejana al amor. Saben siempre fui de esas mujeres que creen eternamente en el amor, en las historias de hadas, en las telenovelas, películas de romance, siempre soñé con tener un amor tan bonito; creí haberlo conseguido hasta hace unas horas atrás todo era tan perfecto para ser cierto. Una buena forma de arreglar las cosas es hablando por lo que entro al apartamento, quiero y necesito hablar con él. Estos días ha estado muy ausente, muy distante, diferente a lo que es conmigo. Lo extraño tanto; hoy es la reunión en la casa de los padres de Dann, por eso he venido temprano de tal forma que vayamos juntos a la reunión familiar. - ¿Amor? – abro la puerta dejando las llaves en la mesa ¡Que extraño! Parece que hubiese tenido una fiesta aquí. Estas últimas semanas hemos compartido poco después de todo ha tenido viajes de trabajo imprevistos - ¿Will? – abro la puerta de su habitación. Juro que desee no haberlo hecho, mi corazón llora ante la maldita imagen que ven mis ojos, sin poderlo evitar lagrimas cálidas descienden lentamente. Poco a poco abre los ojos observándome desorientado – Cris – habla poniéndose de pie. Pero mis ojos no están en él, mis ojos están en su cama para ser exactos fijos en una segunda persona enrollada en las sábanas – yo… - mis ojos se llenan de lágrimas, todo a mi alrededor se torna borroso. Ella levanta su rostro mirándome avergonzada, conozco a una persona cuando finge y sé que ahora lo está haciendo muy bien - ¡Mierda! – exclama una que otra maldición mientras se pone la ropa mientras tanto yo soy estoy aquí como una espectadora de las cosas que suceden frente a mi ¡No puedo moverme! – amor… esto no es lo que parece – intenta tocarme, pero su solo tacto ahora me quemaría. Es aquí donde siento el verdadero dolor, se parece al sonido que genera un hermoso jarrón de porcelana cuando se cae de tus manos; ese es el sonido que acabo de sentir, mi corazón se ha partido en mil pedazos, pisoteado y dañado. Levanto la mano propinándole una fuerte bofetada, nunca me ha gustado la violencia, no soy mujer de golpes, pero de alguna forma tengo y necesito sacar este dolor que me está consumiendo. - No me toques – lagrimas caen por mis mejillas como si de alguna cascada se tratara, no me encuentro sollozando, pero tampoco soy capaz de hacer que las lágrimas se detengan. - Preciosa déjame… - amaba tanto ese apodo, pero ahora solo escucharlo hace que se sienta sucio, ahora escucharlo después de verlo en la cama con otra mujer duele escucharlo. Niego con la cabeza intentando respirar – No hay nada que explicar, mis ojos lo han visto todo – he visto lo que tenía que ver. Ojalá dejara de sentir esto, es un sentimiento a no acabar, es como si no pudiera respirar, es como si las paredes de esta habitación se cerraran apretándome con fuerza al punto de asfixiarme. - Cris… - habla mientras trata de detenerme cuando me doy la vuelta. Niego con la cabeza levantando la mano mientras intento controlar mi corazón latente y las lágrimas desoladas que bajan sin cesar; intenta tomar mi mano – No… - susurro hecha añicos alejándome de su toque y de su presencia. Puedo ver el dolor reflejado en sus ojos, pero no dueles más de lo que me duele a mí. - Preciosa esto tiene una explicación… - suplica al borde del pánico. ¿Qué explicación puede tener esto? Para un buen entendedor pocas palabras, me encantaría que fuera falso, pero ya estoy cansada de nadar contra la corriente. Paso una de mis manos por mis mejillas secando las lágrimas en un intento fallido – Ahora todo tiene sentido. - Cris preciosa… - Quiero estar sola. El dolor es tan fuerte que no puedo con esto, quisiera tirarme de un precipicio y acabar con mi detestable vida. Sin dejarlo decir nada más salgo de aquel lugar viéndolo por última vez ¿Por qué siempre las personas que quiero se empeñan en hacerme daño? ¿Qué malo he hecho en la vida para que me lastimen de esa forma? Todo duele, pero lo que más duele es que estaba con ella, con Elizabeth; por primera vez en mi vida siento que todo el esfuerzo que hice por no perderlo fue en vano porque siempre fue de ella, yo fui la estúpida que creyó que era parte de mí. Nunca en mi vida había podido confiar en una persona que no fuera Danna, a la única persona que la abrí mi vida con facilidad fue a ella y todo porque poco a poco se la fue ganando. En cambio, con él, cuando lo vi sentí esa fuerte atracción que me hizo sentir tan pequeña en ese instante; les juro que intente mantenerlo a raya, quise que esto solo fuera algo pasajero donde solo ves al guapo y te flechas por un mínimo tiempo, no obstante, el sentimiento me gano. Le termine abriendo mi corazón, me costó hacerlo, pero más me costó conseguir que Will aceptara sus sentimientos por mí; aunque al parecer todo era un juego y la perdedora resulte siendo yo. Respiro fuertemente mientras tomo asiento en una banca alejada. No sé ni donde estoy, solo lloro como nunca antes lo había hecho, tal vez es porque esto me recuerda que nunca le he importado a nadie, quizás porque ya pase por algo similar creo que es por eso desde de todo, mi familia me abandono cuando tenía tan solo cinco años. Tal parece a Will nunca le importa; solo le he importado a Danna, ella sí que ha sido una verdadera amiga y le falle. Las horas pasan y el dolor sigue allí, no merma aún permanece con más intensidad, como si nunca se fuera a ir recordándome su traición ¡Me mintió! Al ver lo oscuro y solitario que se ha tornado me pongo de pie mirando a todos lados; he perdido la noción del tiempo. No sé cuánto tiempo me toma para llegar al apartamento, la cuestión aquí es que debo detenerme cuando la veo ponerse de pie. Su mirada gris mezclada con la azul me observa como lo haría una madre preocupada de no ser porque tenemos la misma edad sería mi madre perfecta. - Cris… - No quise despertarte – no quise sonar tan distante como ha sonado, pero no pude contenerme. Estoy tan dolida, destruida y rota que no quiero seguir sintiendo este dolor quiero que merme de una u otra manera. Se acerca a mi midiendo los pasos de esa forma que me dice “si quieres me acerco, si quieres te dejo” - ¿Qué te paso? No respondo, no me siento capaz de hablar. El nudo en mi garganta es más fuerte y se ha extendido por todas partes haciéndome sentir que estoy a punto de asfixiarme. Danna como siempre abre sus brazos dándome su apoyo; y como lo que soy una mujer necesitada de cariño, camino hasta ella fundiéndome un abrazo reconfortante. La abrazo con tal fuerza que no puedo evitar soltarme a llorar nuevamente - ¡Duele! – suelto en medio de sollozos no pudiéndome contener - ¿Cómo hago para que dé doler? Como la mejor amiga que es, me ofrece su silencio mientras pasa sus manos por mi espalda – No pasara, ni siquiera el tiempo lo hará, solo aprendes a llevarlo – no quiero aprender a llevarlo, solo quiero que deje de doler, quiero olvidarme de Will, deseo estar lo más lejos posible de él. Danna me acompaña o mas bien me ayuda llegar a mi recamara; y como una madre que ve a sus hijos enfermos se queda a mi lado en completo silencio dándome su apoyo incondicional. Pasa algún tiempo cuando la siento ponerse de pie, pero no salir de mi cuarto supongo que se ha sentado en el sofá. Me acomodo de lado de tal forma que ella crea que estoy dormida, pero lo único que hago es ver la pared perdida en mis pensamientos ¿Cómo fue capaz de engañarme? Yo lo amo, le amé y me paga de esa forma tan vil. No sé en qué momento me quedo dormida, solo entiendo que el cansancio logro vencerme. Cuando abro los ojos se que es demasiado temprano y lo confirmo cuando miro la hora en el celular. Tomo una ducha rápida de tal forma que pueda poner en claro mis pensamientos, al salir me visto rápidamente. Una lágrima desciende por mi mejilla al sentir el peso de mi decisión, pero ya esta tomada y no hay marcha atrás con el corazón herido empiezo hacer mis maletas puede sonar egoísta, pero necesito alejarme de Will, ya no quiero seguir sufriendo más por su culpa, ya pasé muchas humillaciones es hora de dejarlo atrás, aunque me duela más que nada en el mundo. La puerta se abre dejando pasar a Danna con una bandeja de desayuno que pone en la mesa. - Dann - Cris – su mirada clara se encuentra fija en las maletas. - Yo… necesito irme, necesito alejarme, no puedo soportarlo – el nudo en la garganta me gana y lágrimas comienzo a derramar. Sus brazos nuevamente me funden en ellos dándome ese calor que siempre me ofrece – No tienes por qué irte – susurra en mi oído. - Necesito… - Podemos buscar una solución. Niego rompiendo el abrazo, eso es lo que más extrañare – La solución es que me aleje. Esta vez es a ella a quien le baja una que otra lagrima por sus mejillas, esto nos lastima a las dos - Lo entiendo, sería muy egoísta de mi parte pedirte que te quedes. Si quieres irte lo acepto, solo no quiero que te alejes de mí. ¿Cómo puede siquiera pensar eso? Ella es todo lo que tengo en la vida, quizás hice algo bueno en mi vida pasada para tenerla a mi lado, quizás hice algo bueno inconscientemente porque lo único bueno es ella. - De ti nunca. Con un suspiro continuo con mi labor de empacar todo bajo su atenta mirada - ¿Quieres contarme? No quiero hablar de ello - No. Percibo que deja salir un suspiro – Desayuna, luego te llevare al aeropuerto – habla para dejarme sola en mi desesperada decisión, lo que agradezco ya es difícil para mí irme de por si no quiero ver cuanto dolor he causado en ella, solo espero que este dolor desaparezca. Me tomo mi tiempo para empacar cada pequeña partícula de mi ser destrozado. Cuando me siento lista o por lo menos me siento preparada para enfrentarme al mundo sola salgo de la habitación con maletas en mano. - Lista. En completo silencio uno demasiado tensa e incomodo nos alejamos de aquel lugar que me trajo los mejores momentos, pero que ahora debo dejar porque ella tenia razón debo aprender amarme a mí misma; no obstante, una parte de mi se queda en este lugar - El avión saldrá en unos minutos – de esa forma quiero decirle que está bien su compañía hasta ahora, pero la conozco tan bien que estoy segura, que no me dejará sola. - Avísame cuando llegues. Hable con los inquilinos la casa tiene una habitación desocupada para que te instales allí - ¿Cómo puede pensar en todo? No quiero molestar y debo aprender hacerme responsable de mi vida, debo aprender muchas cosas a partir de este momento como depender de mi sola – Solo será por el momento. - Como quieras. Cuando tengas donde acomodarte o si te vas a quedar allí avísame para enviarte todo – amigas como ella no se encuentran fácil. Es en ese momento en el que te das cuenta quienes son las personas que nunca te fallaran, quienes son esas personas que están dispuestas a recibir cualquier tipo de golpe por ti. Con el corazón en la mano me pongo de pie fundiéndonos en un abrazo que dice “hasta la próxima” es hora de aprender a valerme por mí, lo que no quiere decir que duela menos – Te voy a extrañar – susurro al borde del llanto. - Nos mantendremos en contacto – pasa una de sus manos por mi cabello – tomate tu tiempo. - Despídeme de todos. - Lo hare. - No olvides enviarme fotos de la boda - sé que queda en buenas manos. Sus ojos se abren mirándome con horror uno muy latente, lo que me parece curioso – No cariño, en el día de mi boda tu estarás ahí. - No olvides enviarme fotos de la boda. - Tienes miedo de casarte – acuso negando. - Para nada – la conozco como la palma de mi mano – el avión te espera. Asiento tomando las maletas y perdiéndome entre la gente. Esto de cualquier manera sigue doliendo, tal vez Danna tenga razón y solo deba aprender a vivir con ello ¿Y si no soy capaz de hacerlo? Cada paso que doy subiendo aquel avión me hace sentir tan insegura ¿Estaré haciendo bien? ¿Será la mejor decisión? Esperemos que sí. Cuando el avión se pierde en el aire en medio de las nubes lagrimas silenciosas comienzan a descender lentamente por mis mejillas. Es hora de dejar todo atrás, es hora de empezar una nueva vida con los pequeños pedazos de mi ser, duele dejarlo todo, duele dejar aquello por lo que luche tanto, pero no pude hacer nada, no pude luchar por alguien que no quiso ser rescatado, eso es una mierda. Fue estúpido de mi parte pensar que era su centro del mundo; la verdad estuvo frente a mi y no quise verla, Will siempre la quiso a ella, Elizabeth. Y yo como una ilusa creí que solo estaba con ella para alejarse de mí, para alejarme de él; me creí una damisela que rescata al hombre malo convirtiéndolo en bueno ¡Que ironía! La vida no es un cuento, esta es la realidad donde mi amor nunca valió lo suficiente.
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