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—Di dígame, Señor Montemayor, para que soy bueno, —dice tartamudeando y secándose las manos en su pantalón, su mirada no la levanta. —Los informes que me dio esta mañana no concuerdan con los que paso la semana pasada —dice Zully retándolo con la mirada —díganos, señor Gómez, ¿hay algo que nosotros debamos saber?,-le pregunta y eso hace que se ponga más nervioso —No sé de qué habla, señorita Montemayor, yo le di los balances correctos, ahí están todos los gastos que la empresa ha tenido y los ingresos que ha habido —dice tembloroso, lo cual no le creo nada. —Señor Gómez, sabía que si no nos dice la verdad, ¿podremos demandarlo por fraude a la empresa y mandarlo a la cárcel? —le digo desde el lugar donde estoy, ya que no me sentía cómodo estar cerca de él, —solo queremos que nos diga qui