ERIN Nos sentamos en el comedor, mientras le ofrezco una tasa de café a Isaac. - Queria agradecerte adecuadamente por el pastel, fui grosera y lo siento.- Réplico sosteniendo el café en mano. Durante la conversación pude sentir que la tensión se va desapareciendo. El sonríe, pero su sonrisa es completamente perfecta, indudablemente es muy guapo, tanto que lo hace incómodo para mí. Será que me veo bien, ni siquiera llevo maquillaje y en ropa tan casual. Lo más probable que el no se da cuenta de cómo expresa sus emociones inconscientemente. Pero su sonrisa sincera y amable hacen que mi corazón se aceleré una y otra vez. -¿ Ahora me dirás por que estás aquí?.- - Temía que no lo dijeras, la verdad es que necesito que aceptes mi propuesta, es mi última oferta.- - Otra vez con eso.-