Derek y Otto estaban en su coche de lujo aparcados cerca de la pequeña casita de Sol observando todo alrededor. –¿De verdad piensas hacerlo de esa manera tan al estilo de las mujeres? –Preguntó Otto mirando a su hermano incrédulo. –No hay nada que me de más miedo que una mujer hermano, entonces sí vamos a hacerlo al estilo de las mujeres. –Contestó Derek mirando por la ventana. – Lo haremos exactamente como lo hemos hablado. –¿Por qué no utilizamos la información que tenemos sobre ella de otra manera? –Preguntó Otto exasperado. –Sigo pensando que con eso debería ser más que suficiente para separarlos. –O no Otto, recuerda que papá siempre decía que los Hoffman no son unos santos y yo no sé tú, pero yo sería capaz de perdonar y olvidar que mi mujer ha matado a alguien, pero jamás perdon