Estuvimos conversando por horas, ella me pidió que pasara la noche allí en el hospital, a su lado. Un deseo que podría cumplir si no tuviera como esposa precisamente a su hermana. Aunque luego lo pensé mejor, le tomé la palabra y mandé un texto a Cristina avisándole que no llegaría a casa esa noche, que no me esperara para cenar. Como era de esperarse, me llamó para armarme una escena de celos. Le dije que se quedara quieta, que me quedaría en la casa de Rómulo.
Alejandra arrugó su frente y labios. No le parecía correcto que yo le mintiera a mi esposa, pero era la única forma de que se quedara quieta. De haberle dicho que me quedaría en el hospital, peor fuese sido la escena. De eso estaba seguro. Ella me dijo que se iría a dormir conmigo, le aseguré que lo mejor era que se quedara con el
