-¡NO!, ¡suéltame!, ¡No me toques!
Ignoraba mis gritos, pero pronto todos estos fueron callados por sus manos.
-Brook porfavor-susurro en mi oído, me sacudi y seguí empujándolo.
Pero era completamente inútil.
Otros hombres de su casi misma contestura y tamaño, se encontraban rodeandonos, mejor dicho escoltandonos, voltee mi cabeza y vi a uno de esos hombres tomando mis cosas, las cosas que había comprado ayer con su dinero.
Uno de sus brazos rodeaba mi cintura envitando que mis pies toquen el piso del apartamento, las traicioneros lagrimas empezaron a salir, con abundancia de mis ojos, bajando por mis mejillas y mojando su mano la cual cubría mi boca.
-Max el pañuelo-dijo el y su brazo soltó mi cintura, aproveche eso y con mis piernas y brazos empecé a darle golpes por todo el cuerpo,
