Capítulo 4A la mañana siguiente, Ilesa despertó temprano, a pesar de haber tardado mucho en dormirse. Sabía que no estaba bien por su parte, y el recuerdo la avergonzaba, pero había permanecido despierta preguntándose si el Duque acudiría al dormitorio de Doreen. Había oído a su hermanastra informándole de quién dormía en cada habitación cuando subieron a acostarse. —Papá ocupa la amplia habitación del fondo— había dicho Doreen—, y que parece desproporcionada en comparación con el resto de la casa. Pero Mamá y él disponían de una especie de suite, con un vestidor para Papá y un saloncito para Mamá, donde ella escribía sus cartas. Sonrió con dulzura al Duque. —Yo solía pensar, cuando era niña que era enorme; pero eso fue antes de haber visto una casa como la tuya. Hizo que las palabras