—¿Qué?— Le grito. Veo los ojos de mi madre desorbitados y me disculpo por haber levantado la voz. —Cómo... qué... por qué... Eso simplemente no puede ser verdad. Wilson and Co. tiene más de cien empleados y al menos diez grandes proyectos comerciales al año. Solo el año pasado ingresó cerca de 100 millones de dólares. ¿Cómo puede estar en quiebra? Mi madre sacude la cabeza y me insta a seguirla. Caminamos por el pasillo hasta que llegamos a una puerta de cristal. Está borrosa, así que no puedo ver lo que hay al otro lado. El corazón me vuela sobre el pecho y jadeo. Ella se vuelve hacia mí, lanzando una sonrisa tranquilizadora en mi dirección. Quiero preguntarle qué va a pasar ahora, qué vamos a hacer ahora que la empresa ha quebrado. Quiero preguntar cómo van a inyectar dinero en la emp