—¿De qué se ríen tanto? ¡Vamos, qué la comida ya está! ¡Tengo hambre…! —decía Madison bajando por las escaleras.
—Siempre tan glotona… Te vas a poner gorda, molesta —decía Carter divertido.
Steve venía en brazos del castaño, apoyado en su hombro y jugando con el pelo de éste. Madison le regaló una mirada fulminante que hizo que Carter soltara una carcajada para burlarse de ella.
Los padres se miraron entre sí con gesto divertido y se encogieron de hombros, como queriendo decir que no había nada que hacer con el asunto.
Todos comían tranquilamente, charlando y riendo, mientras que Steve estaba sentado en su sillita al lado de Madison, jugando con un pequeño peluche, que a veces tiraba al suelo o la mesa y Madison se lo regresaba y él le dedicaba una sonrisilla traviesa.
Luego, los do
