El pedido llegó bastante pronto, cosa que les iba a venir muy bien. Madison ya había montado el parque en el salón y había metido todos los juguetes allí. Colocó dentro a Steve e inmediatamente se puso a jugar muy contento con sus nuevos juguetes. Madison decidió echarle una mano a Carter con los otros muebles. La habitación de Steve se encontraba en frente de la de Madison y al lado de la de Carter. Tenía una gran ventana que daba a una de las muchas ajetreadas calles de Londres y era de un color inmaculado que hacía que le diera un aspecto limpio y puro. A Madison le encantó. Carter se encontraba cerca de la ventana montando la cuna. Parecía muy concentrado pero algo molesto, por algo que Madison pensó que no estaba haciendo bien. —¿Puedes dejar de mirarme y ayudarme un poco? —pre