Capítulo 47
¡No te arrepientas!
cuando leyó el mensaje que acompañaba las fotos sintió un leve dolor de cabeza y realmente quiso abrir un hoyo para enterrarse antes de volver a ver esa mujer, comenzó a revisar las bolsas y tenía muchos artículos de mujer, se acarició las sienes porque su leve dolor de cabeza comenzó a hacerse más intenso al recordar el extenso y sin sentido regaño de esa pequeña mujer, hasta volvió a sentir el codazo de la mujercita regañona del supermercado, tomo su teléfono, respiro profundo y le respondió con un mensaje,
“perdóname, Virginia, no es mentira que mi mente está en otro lado hoy, podemos encontrarnos en algún lugar para devolverte tus artículos y tu tarjeta, si realmente quieres comprar algo con la mía, sírvete, de verdad estoy muy apenado contigo” la muj
