Capítulo 15
Quiero una respuesta satisfactoria
Al ver a Juan correr tan rápidamente, David quien se encontraba afuera con un carrito de comida curvo sus labios y pensó, ‘este hombre es extraordinario, solo un maestro en artes marciales corre a esa velocidad sin tropezar con nada’, entro inmediatamente al consultorio y se encontró con el hombre totalmente rígido en su asiento, él ya había vivido esto el día que murió la esposa del señor, por lo que simplemente metió el carrito de comida al consultorio y espero tranquilamente que viniera Juan con el médico…
En unos minutos llego el doctor, prácticamente arrastrado por Juan, al ver a Carlos tieso recostado sobre el escritorio frunció el ceño, pero David se adelantó a sus palabras y le indico “solo administre relajantes musculares” el docto
