Lucían se quedó en la ciudad de Washington, por dos días más. Después de terminar el traspaso, volvió a New York, en una semana estará manejando su nuevo cargo. Como regresó temprano, no notificó a nadie sobre su llegada. Después de bajar del avión, alquilo un coche y se dirigió a la mansión, el coche pasó la puerta de salida del aeropuerto y no muy lejos había un coche aparcado a un lado de la carretera. Una mujer estaba parada frente al auto mirando la capota abierta, sosteniendo su teléfono móvil en la mano, tenía una expresión preocupada y molesta. −Detente − ordeno al conductor, quien se detuvo a un lado de la carretera de inmediato. Lucían bajo del auto y se sorprendió de ver quien era la mujer. − ¿Qué sucede? − el miró a Natalia de pie al costado de la carretera, mirando su auto