S I E T E-4

2022 Words

Pongo el pie hasta el fondo, para acelerar. El motor ruge, y ahora estamos andando a 190 kph. No ha dejado de caer nieve y ésta rebota en el parabrisas. Pienso en el niño muerto, veo su cara, sus ojos sin pestañear; recuerdo lo cerca que estuvimos de la muerte, y una parte de mí quiere ir más despacio, pero no tengo otra opción. Mientras conducimos, el tiempo parece que va a paso de tortuga, es eterno. Conducimos treinta kilómetros, después cuarenta y cinco y luego sesenta y cinco... sin parar, por siempre en la nieve. Estoy agarrando el volante con ambas manos, inclinándome hacia adelante, mirando el camino con más cuidado que nunca en mi vida. Viro a la derecha y a la izquierda, tratando de escapar de los baches, como si fuera un videojuego. Lo cual es difícil de hacer a esta velocidad

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