En la habitación de Caden Knox, la encantadora voz de Asher llenaba cada rincón del lugar, en un dulce tono desesperado y lleno de necesidad que tenía hipnotizado al lobo alfa. Pero no importaba cuanto suplicara el humano, cubriendo todo su cuerpecito por la espalda, Caden seguía manteniendo su mano rodeando su duro eje desde la base en un firme agarre, impidiendo que este llegara a su anhelado orgasmo. Retorciendo su cuerpo al sentir una mordida en su hombro, Asher gimió y sus manos aún atrapadas en su camiseta se apretaron juntas, luchando ante la desesperación que el mismo Caden estaba provocando a su antojo. —C-caden... Po-angm~... —mordiendo su labio inferior, se interrumpió a sí mismo con profundo gemido. El cosquilleo en el vientre de Asher empeoró, su cuerpo se estremeció sua