Capítulo 117 ¿Tienes idea de lo ridícula que te escuchas diciendo esas cosas? Cuando dije esas palabras, lo miré a los ojos y pude notar que mi amigo que conoce toda la historia como la palma de su mano porque la vivió conmigo; estaba tan o incluso mucho más enojado que yo, porque sus ojos que siempre han sido claros, en este momento están teñidos de rojo y cargan con tantas intenciones asesinas como las mías. De pronto la mujer que dice ser mi hermana y sabe perfectamente que su posición no es para nada ventajosa en este momento comenzó a coquetear con la muerte, o simplemente quería jugar con mi paciencia y perder la vida “¿Qué demonios estas esperando ahora asistente? ¡deja de holgazanear y desátame rápido! ¿acaso estas sordo? Ya mi hermano te dijo que me desates, después de tantos