Un susurro es el que me despierta cada noche, al llegar al mismo sueño con el que llevo años soñando.
__Déjame salir__ es lo que siempre me repite y me asusta, esto me aterra y aunque llevo años viéndola en el mismo sueño, nunca me he atrevido a hablarle.
Recuerdo la primera vez que la vi, tenía 15 años cuando tuve ese primer sueño, había tenido un día largo, fui a la escuela y al regresar tuve que ayudar a mis padres en la tienda por lo que llegué cansada a casa y aparte tenía muchas tareas para el día siguiente.
Entré a mi habitación deseando descansar, tomé una ducha y después de ponerme mi pijama favorita, decidí adelantar un poco las tareas que tenía pendientes, pero el sueño era más fuerte que yo, a los pocos minutos caí rendida con el lápiz en la mano.
No supe más de mi hasta que aparecí en un lugar oscuro y sin salida, empecé a caminar sin rumbo buscando algún rayo de luz, pero no había nada, hasta que vi a lo lejos una luz un poco apagada y me asusté al ver aquella chica desnuda, dormida y encadenada. No podía creer lo que estaba viendo y aunque no pude ver su rostro, podía sentir la tristeza a su alrededor. No me salían las palabras, estaba asustada y no sabía qué hacer, empecé a desesperarme y a buscar una salida, pero parecía estar en el medio de la nada, con alguien a quien no conocía y que, al parecer, no la estaba pasando bien. Me acerqué a ella con mucho miedo, la oscuridad no me dejaba ver su rostro y de repente sus manos agarraron mis pies, salté del susto y desperté. Miré el reloj y era la 1:30 am.
Miles de intentos por mantener la calma y controlar mis latidos y respiración, pero era imposible lograrlo, se sintió tan real que aún podía sentir el frío de sus manos en mis pies. No conseguía dormir, cada vez que cerraba los ojos la veía y mi mente no hacía nada más que pensar en ella.
No me di cuenta de la hora hasta que unos rayos de sol empezaron a iluminar mi cara, no había dormido en toda la noche, esa imagen en mi cabeza no me ayudaba a conciliar el sueño. Mire el reloj en la mesita de noche y me di cuenta de cuan tarde era, iba a llegar tarde a la escuela por lo que me levante deprisa y empecé a buscar mi uniforme, la difícil tarea de todos los días, (encontrar mis zapatos), es que Rooffee, mi perro, no encuentra nada mejor para divertirse. Cuando al fin los encontré, me metí corriendo a la ducha, me di una ducha rápida pero satisfactoria, ya que había sudado como loca por culpa de mi perro, debería castigarle por hacerme llegar tarde otra vez, pero eso lo hablaríamos luego...
Una vez lista, Salí corriendo a la escuela, por suerte no me quedaba muy lejos porque me tocaba ir a pie. Antes de entrar fui a la cafetería por un café ya que necesitaba estar bien despierta, hoy iba ser otro día largo. Por el pasillo me encontré a mis dos fieles amigas Vannesa y Melissa, eran mis chicas de confianza, pero si les contaba lo que me había pasado la noche anterior tal vez no me creerían o me tomarían por loca.
__Hey chicas!!__ grité.
__Anni!!! Te hemos estado esperando desde temprano__ (tenemos de costumbre entrar las 3 juntas al salón).
__¿Es que acaso tu perro te volvió a esconder el zapato? Jajaja creo deberías hablar seriamente con él__ se burló Melissa
__Pues sí, me tocara__ dije sin mucho ánimo.
Entramos al salón y minutos después entró la profesora de matemáticas (sobra decir que no soy buena en matemáticas) e inmediatamente comenzó a explicar unos ejercicios, me quedé dormida.
¡Este lugar, me parece familiar!! ¡Oh no!! ¡Otra vez este lugar!!
¿Esa chica, quien será?
¿Qué hace aquí?
¿Por qué esta así?
¿Por qué estoy aquí?
Miles de preguntas se formaban en mi mente y ninguna respuesta. No entendía que estaba pasando y por qué precisamente a mí.
Me acerque con mucho miedo, recordando la noche anterior y mis piernas empezaron a temblar. No entendía por que se respiraba tanta tristeza en este lugar, no sé por qué sentía la necesidad de acercarme más a ella y lo hice, me acerqué lo suficiente como para ver un poco su rostro, pero su cabello no me dejaba ver del todo lo que ocultaban. Miré hacia los lados y cuando volví a enfocar mi mirada en ella, tenía los ojos totalmente abiertos, estaba sorprendida, era evidente que no recibía visitas, su cabello aun tapaba una gran parte de su rostro pero podía ver claramente sus ojos llenos de dolor que miraban fijamente los míos.
Yo no sabía cómo reaccionar así que me aleje un poco, sin dejar de mirarla.
__Sabia que volverías__
Mi corazón se detuvo unos segundos cuando escuché su voz, un poco apagada, como todo en ese lugar, pero pude escuchar perfectamente lo que había dicho ¿Cómo sabía que volvería? Ni siquiera yo sabía que volvería a este lugar, no me agrada el aire que se respira aquí. Pero no me atrevía a preguntarle que había querido decir con eso, me quedé en silencio, sosteniéndole la mirada, no sé por qué, pero no podía dejar de mirarla. No lograba descifrar lo que estaba pasando por su mente, su mirada estaba vacía, sus ojos estaban perdidos en los míos y me daba un poco de miedo la situación.
__No temas, te he esperado mucho tiempo__
¿Qué, como que me ha estado esperando mucho tiempo?
¿De qué habla esta chica?
¿Estará loca? Eso explicaría el motivo de sus cadenas.
__Has cambiado__ dijo, sacándome de mis pensamientos.
La miré más atentamente, su cara no reflejaba nada en específico y no se movía, parecía estar muy acostumbrada a esas cadenas.
__Te recuerdo más....
__Señorita de la Cruz ¿podría mostrarle a sus compañeros, como resolver este ejercicio?__
Todos mis compañeros tenían los ojos encima de mí, se sentía extraño, pero que podía esperar si me había quedado dormida apenas llegue a clase, esto me va a salir caro. Era evidente que no sabía de qué hablaba la profesora así que me mandaron directo a orientación por no prestar atención, una vez allí, la orientadora ya estaba enterada de lo que había pasado, pero estaba extrañada ya que era la primera vez que pasaba por su oficina, todos en la escuela saben que nunca he dado razón para que me reclamen, pero para todo hay una primera vez, esta fue la mía y todo por culpa de ese sueño, de esa chica.
__Buenos días señorita de la Cruz__
__Buenos días señorita__
__¿Que la trae por aquí?__ es absurdo que me pregunte eso si ya sabe por qué estoy aquí.
__Pues es que me quedé dormida en clase__
__Y eso ¿a qué se debe señorita?__
__Verá, es qué... trabajé hasta tarde en unos ejercicios que tenía para hoy__ Mentí __Por esa razón no pude descansar lo suficiente, pero no se repetirá se lo prometo__
__No prometas algo que no sabes si vas a poder cumplir__
__¿A qué se refiere con eso?__
__A nada en específico, solo le digo que tenga más cuidado, puede comprometer sus estudios__
__Ah! Muchas gracias, lo tomaré en cuenta__
__Vuelva a clase y recuerde que si algo le preocupa puede hablarlo conmigo__ Le sonreí asintiendo y salí de su oficina.
Caminando por el pasillo volvió a mi mente aquel sueño, aquella chica, aquel momento, en el que me decía aquellas cosas ¿a qué se refería con todo lo que había dicho? Me hablaba como si me conociera, pero yo solo recuerdo haberla visto dos veces.