Me quedo boquiabierta ante la audaz solicitud del niño. Me divierte un poco la situación, incapaz de ocultar la sonrisa que se asoma en mi rostro. Joel es realmente encantador, una nota de ternura en medio de esta horda de ogros. —Ella es Nevaeh, la esposa de tu primo Benjamin —explica su padre al pequeño, quien deja de sonreírme y hace un puchero—. Deja de buscar una madre todo el tiempo, Joel. —Pero es bonita —susurra, escondiendo su rostro decepcionado en el hueco del cuello de su padre. —Lo siento, me llevaré a Joel ahora —anuncia Richard, preparándose para marcharse mientras Benjamin asiente en silencio. —Espera —interrumpo a Richard, y el niño levanta la cabeza al instante al escuchar mi voz—. ¿Es realmente tu hijo? No estaba al tanto. —Estuvo enfermo unos días, por eso no pudis