―Pero amor… ―¿Solo eso pides para ser feliz y perdonarnos? ―Saray lo cortó. ―Sí, quiero tener a mi familia unida. ―La niña los miró con ilusión. ―Quiero ser normal como los demás niños. ―Saray miró a Nozel y sin pensárselo lo besó de tal manera que el hombre quedó anonadado y se vio obligado a corresponder. ―¡Mami! ―Apple tapó su cara, pero dejó los ojos descubiertos entre sus deditos. ―¡Que besazo! ―Saray sonrió tirando de su hija y abrazándola. ―Haría lo que fuera por verte feliz, mi amor. ―Besó su cabeza mientras Nozel todavía intentaba procesar lo que había pasado. ―¿Tu corazoncito palpita? ―Miró a su padre con una sonrisa traviesa. ―No sabes cuánto. ―Susurró él todavía en una nube. ―¿Qué dices de dar un paseo los tres? ―Vio la oportunidad perfecta para sacar a Saray de la ca