La niña pasó saliva mientras sus ojitos están fijos en la cuchara, ella sabía que él jamás le haría daño, pero es terrible cocinando y lo ha comprobado. Tras pensárselo un poco, adelantó la cabecita, pero antes de darle un sorbo lo miró. ―No estará mal si me enfermó del estómago, así podrá faltar a clases. ―Aquella respuesta ofendió y divirtió a Nozel en partes iguales. ―Mmmm, está rico. ―Lo miró asombrada. ―¿Cómo lo hiciste? ―Nozel se sintió aliviado al saber que finalmente y después de varios intentos fallidos pudo lograr lo que se propuso. ―Soy lo mejor que existe, ¿Cómo no lo iba yo a lograr? ―Sonrió arrogancia. ―Además, si te enfermas del estómago, irías al colegio, recuerda que estamos en fin de semana. ―Le guiñó. ―Lo único que ganarías era perderte todo el descanso, pero gracias