—Es un milagro verte por aquí Oscar ¿Qué malos vientos te hicieron venir? —Esos vientos fuertes que te remueven todo, como el peor de los huracanes "papá" —No te entiendo y no me importa hacerlo Óscar —Yo creo que si le importara señor “Macalister” —¿Cómo me llamaste? —Lo siento, es verdad usted no está enterado de los acontecimientos posteriores a mi nacimiento ¿O si? —No se dé qué hablas y no quiero saberlo, no tengo tiempo para perder contigo en pláticas innecesarias, ¡Guardias! ¡Guardias! —Puede gritar cuanto quiera señor Macalister, nadie lo escuchara al crecer uno “aprende” ciertas mañas y no precisamente de sus padres —No sé qué es lo que quieres, tenlo por seguro que no conseguirás nada conmigo, no tengo pasado que ocultar —Lo que más me asombra de ustedes dos es la facil