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—¿Que diablos te ocurre?—protesto mientras que con un fuerte jalón logro zafarme de su agarre. —Eso mismo te pregunto yo a ti—impugna frunciendo el ceño. Su pregunta no hace mas que molestarme aun mas— ¿Que hacías con un Carusso, sobre todo él? —Eso a ti que te importa—comienzo a caminar temiendo que Julius nos escuche pelear por su causa— tu no eres un Montteci. No entiendo cual es tu disgusto. —Me preocupas, Romy—admite, pero por muy intranquilo que se sienta respecto a mis amistades, eso no justifica su actitud hacia él— no quiero que te haga daño. —¡Solo dabamos un paseo, por el amor de Dios! Camino a zancadas, nunca antes me he sentido tan molesta como en este momento y tampoco me he enfadado tanto con Alessandro de esta forma, sobretodo por un hombre, pero he de admitir que Juli