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Antes de que Julius diga algo, un quinteto de acordeones le interrumpe. Me vuelvo hacia el origen de la música tan tradicional de Italia, olvide que estos restaurantes los visitan comúnmente los turistas, así que es usual que algunos músicos sean contratados por el mismo restaurante para animar el ambiente. En cierto modo agradezco el poder tener un momento de silencio, pero incluso con la música no es suficiente, puesto que su mirada se posa en mí. —Hace mucho tiempo que no escuchaba esa canción—expresa, quizás con la intención de cambiar de tema, después de tan incómodo silencio. —Es extraño que los turistas la escuchen más que los mismos italianos. ¿No crees?—menciono, siguiéndole la corriente para no volver a mencionar el tema, entonces Julius sonríe mostrando esa sonrisa que lo car