Suave como las lágrimas. Brillante como las almas de dos amantes. Sin embargo, tan áspero y temible. Su postura y su gracia eran dos cosas igualmente bellas como éstas. La forma de su tez, la textura y la pigmentación de su piel. Él era la muerte y la vida, en dos formas que se mezclaban tan fácilmente que parecían irreales. Y me lo recordaba mientras lo observaba desde una ventana. Bajo el brillante sol, se esforzaba y llevaba sus músculos a límites físicamente impresionantes. Flexiones, abdominales, vueltas y vueltas alrededor de la casa. También practicaba su campo de tiro. El sudor resbalaba por su piel bronceada, sus tatuajes parecían bailar a la luz. Era tan hermoso, una especie de perfección que dolía ver cómo se arruinaba por su ira. "Yo también me pregunto por él". Zayn habló