Brasil. Debería haberlo visto venir. Uno de los lugares más hermosos de todos, y yo estaría pasando tiempo aquí con Harry. No necesariamente con él, porque lo más probable es que esté trabajando y me saque cuando sea absolutamente imprescindible. No sé si sentirme aliviada o paranoica. Sin embargo, decido ignorar cualquier posible aprensión.
Parecen horas inquietas en ese avión con Harry durmiendo tranquilamente frente a mí. Si lo mirabas fijamente mientras fruncía el ceño, se veía algo lindo. Sus labios rosados parecían mohínes y su ceño fruncido se volvía más entrañable que engañosamente cruel. Giré la cabeza, fijándome en los mechones de su pelo castaño que se enroscaban alrededor de su oreja.
"Puedo sentir que me miras, Catalina". Murmuró secamente con los ojos aún cerrados.
Atu
