Bueno Ismael, creo que llegó el momento de contarte lo que te prometí. Sin embargo no te lo voy a contar de forma directa, ya que al tema lo charlé ayer con mi psicólogo; te voy a contar más o menos como fue esa charla. De más está decir que él me incentivó a que te escribiera. Si bien el día en que todo pasó me sentía muy mal, dejé de darle demasiada importancia al asunto y comencé a sentirme un poco mejor. Me sentí realmente bien contándole lo ocurrido a Sebastian. Fue una experiencia muy rara, no sé por qué al hablar con él puedo llegar a ver las cosas desde una perspectiva totalmente diferente; imagino que se debe a que él es buen terapeuta. Ahora sí, sin más vueltas, te cuento a vos; sé que también me va a hacer sentir mejor. ―¿Cómo te sentís hoy? ―me preguntó Sebastian cuando entré