Tras un par de semanas de espera, mi correo fue respondido. Tenía una cita de cuatro horas, el sábado por la tarde. No necesitaba ir disfrazada de nada. No había problema. Le diría a mis padres que iría al cine y después de compras con mis amigas. Estaba entusiasmada. Y nuevamente nerviosa. Faltaban cinco días para la cita, así que esos días me abstuve de más encuentros sexuales. Necesitaba toda mi energía para el encuentro. No sabía que pasaría. Pero por el cuestionario que me presentaron, había un amplio rango de acción. Prácticamente era una autorización para hacer de mi cuerpo un montón de cosas por puro placer s****l. Eso me intrigaba. El lugar del encuentro era una residencia en un lugar de la ciudad de nivel alto. Podía presentarme vestida como yo quisiera, lo cual implicaba que ah