—Debo que volver al sur mañana —me dijo acostado en mi cama mientras acariciaba mi espalda desnuda y yo me encontraba cómodamente encima de su cuerpo trazando patrones irregulares en su pecho, perdida en ese pequeño momento de felicidad. —¿Cuándo estarías de vuelta? —El viernes si todo sale bien. —Significa que pueden ser más días —dije algo triste. No podía evitarlo, al fin estábamos juntos, al fin había dejado de luchar con mis sentimientos y se tenía que marchar de nuevo, aunque fueran por pocos días. —Hey —susurró para que levantara la vista—. Se pasarán volando, no te darás cuenta cuando esté de vuelta. —Hasta que te tengas que ir de nuevo por el juicio —dije, y sus ojos se apenaron frente a los míos. —No pensemos en eso, ¿sí? —acarició cuidadosa