Rob me miró extrañado cuando toqué la puerta interrumpiendo momentáneamente su clase, pero no le tomó más de dos segundos continuar con lo que estaba diciendo mientras yo me iba al final del salón y me sentaba sin emitir sonido alguno. Cuando dieron las diez de la mañana y el timbre sonó me paré de donde estaba y me dirigí a su escritorio mientras los demás alumnos salían del salón. —¿Te atrapó la cama esta mañana, colega? —preguntó divertido. Mi rostro subió un par de tonos rojizos cuando la imagen de lo que realmente me mantuvo ocupada esa mañana saltó en mi cabeza. —Lamento haber llegado tarde —me disculpé intentando alejar a Chace de mis pensamientos. Rob hizo un movimiento rápido con la mano como espantando una mosca imaginaria en el aire sin preocupación alguna.