—Ocupate de lo tuyo.— Enzo sonríe llevando una mano a la comisura de sus labios.
A pesar de las inmensas ganas que tiene de subirse a esa lona, sabe que no lo puede hacer por dos grandes razones, y la principal es que su padre se encuentra a pocos metros de ellos, probablemente, ya viendo la situación y estando al pendiente de que todo aquello involucra a sus dos hijos.
Mientras la segunda razón, pero no tan importante cómo la primera, es que no deja de ser un boxeador profesional, y presentarse de manera espontánea en una pelea de esa índole no sería lo mejor para su prospecto.
—Enzo, vámonos.— Noah susurra, y sólo su hermano y el musculoso llegan a escuchar aquello.
León se mantiene a un lado de ambos, prestando atención a la guerra de miradas que está teniendo para con Kalesi, ade
