La mañana me ha encontrado más calmada. Los primeros rayos del sol, se filtran tímidos por el blackout a medio cerrar de mi habitación de hotel, descubriendo a una Lorena con la vista en el futuro. Aunque en mi rostro aún se puede apreciar rastros del punto de inflexión vivido, mi estado de ánimo está ahora elevado. El calor de San Antonio me recibe con toda su intensidad, cuál si fuera un presagio de tiempos mejores. Desde el fondo de mi bolso, el replique de mi celular, anuncia la llamada de Richard y con ello, el comienzo de una relación, que por primera vez en mi vida, amenaza con ser igual de intensa por ambas partes. —Hola Reina, ¿Qué tal tu viaje? — que lindo, una pregunta disfrazada. —Fue un buen viaje, todo quedó claro entre Oliver y yo —el motivo del viaje se ha cumplido,