¡Estaba harto! Tan harto de toda la frialdad que le rodeaba al estar en casa, su padre alfa siempre buscaría algún tema o una mínima cosa para comenzar a humillarlo y pelear por toda una larga tarde. Su padre omega se metería para defenderlo y terminaría siendo sumiso como siempre al sentir a su padre alfa empujar con su aroma, los débiles pensamientos de protección que un omega tenía hacía sus crías. Y su hermano menor se encerraria en su habitación a ignorar cada uno de los gritos en la casa, mientras lloraba por algo que Imer Palace no entendía al ser una alfa y su hermano un omega. —¡Es tiempo de que te cases! —le gritó dominante su padre alfa haciendo que casi baje la cabeza en señal de sumisión. —Te he dicho que aun no estoy listo para esa gran responsabilidad, padre —respondió,