Las noticias podían ser buenas o malas, pero el hecho de que le dijera a sus padres que ya tenía un departamento y que sólo faltaba pasar sus cosas, había dejado una profunda sorpresa en estos, pues no se esperaban su hijo se fuera tan pronto de casa y que hubiera encontrado hogar en menos de una semana. —No te vayas —suplicó su padre Omega por décima vez en la mañana con muchas lágrimas mojando sus pequeños ojos. —Debo hacerlo, papi —sonrió un poco para aliviar a su destrozado padre Omega —. Voy a demostrar que soy más de lo que ustedes piensan. Voy a triunfar lo verás. Estaba muy motivado, demasiado orgulloso de si mismo al haber encontrado ese espacio que sería sólo suyo y en donde tendría la paz que tantos años había estado deseando, y eso era un motivo para sonreír en grande aunqu