Hay besos malos, besos buenos y besos que te hacen perder la cabeza por completo. Este último es el que siempre siento cuando Dominick me besa. Es por eso que aun cuando él tiene mis manos apresadas sobre mi cabeza estoy moviendo mis labios entusiasmada por el beso. Una de sus manos me suelta dejando una sola siendo la prisión de mis manos mientras que la otra cae en mi cuello. Muerdo su labio inferior y él se separa un poco. Esos ojos parecen más oscuros y sus pupilas se dilatan antes de que vuelva al ataque. Tengo ganas de tocarlo, pero él no me deja con las manos sobre mi cabeza por lo tanto tengo que conformarme con mover solamente mis labios. Ladeo la cabeza queriendo que el beso vaya mucho más profundo de lo que es. Mi lengua tantea y sus labios se abren para que pueda adentrarla e