Siento el sudor bajar por mi cuello hasta perderse en el valle de mis senos. Otra vez él me mira con burla mientras bajo y subo despacio, mi cuerpo se siente caliente y su sonrisa solo causa que quiera morderle el cuello a ver si tengo suerte y muere. Vuelvo a subir y a bajar, mis piernas abiertas y mi espalda recta, siento ese dulce dolor causado por el ejercicio mientras que Louis me mira con una sonrisa. Louis, el mejor entrenador del gimnasio que pude encontrar, agradable, divertido y gay, eso me ahorra que quiera ligar conmigo. Cuando ya no puedo más me detengo respirando fuerte luego de mi rutina de ejercicio. Este esqueleto lo ejercito bien, o por lo menos vengo dos veces a la semana, me gusta mantenerme en salud. —Te superas cada día—asiento y veo la gloria cuando me deja una bot