LUCIAN
Lucian 4 años,
Magnolia 3 años, 6 meses
Parque infantil en Orangeburg, New York
- ¡PAPI! ¡PAPI! AYUDA – una nena grita desde lo alto del tobogán infinito
- Maggie, tesoro, que ocurre, ¿estás bien? –
- Mi vestido papi, me lastimo un clavito, ayúdame, me caigo –
- Resiste preciosa, papi ya va –
- ¡ME DUELE PAPI! -
- Cielos, aguanta princesa, papá es muy grande y no alcanza y no me puedo subir, resiste mi amor, dame un minuto –
Oh, oh, aún no arreglan ese clavo,
- Mami, ¿podemos ayudar? –
- Creo que sí, vamos a ver –
Voy de la mano con mi mamá hasta el tobogán, el señor es muy alto, tan alto como mi papá, pero no tan alto como para alcanzar a su hijita en la cima del tobogán y ella está enganchada y si se está lastimando, no puede resbalarse, ese clavo, mamá dice que es malo odiar, pero a ese clavo, en serio lo odio en este momento.
- Disculpe señor – digo con mi voz más firme, la que uso cuando no quiero comer brócoli y tengo mi pase de la semana para vegetales
- Oh, perdón nene, en este momento estoy algo ocupado… –
- Lo sé, señor, soy Luke, soy pequeño y fuerte, podría subir y ayudar a su hija –
- Oh claro, si eso, ¿se podría? – le pide permiso a mi mamá, ella dirá por supuesto, mamá nunca me impedirá que ayude si puedo.
- Por supuesto – ja, lo que dije.
Mi mamá sonríe leyendo mi mente, somos muy buenos haciendo eso, así que le devuelvo la sonrisa.
Rodeo el tobogán y voy a los troncos que sirven de escalera, subo y la pobre nena está agarrada al tronco que sostiene el techito para evitar resbalarse, su vestido esta enganchado y veo sangre, oh, oh, te odio clavito, juro que te odio.
- Hola, mi nombre en Lucian, mi familia me llama Luke ¿y tú? – hablar calma a la gente, eso siempre dice papá
- Magnolia, me dicen Maggie – su voz suena adolorida
- ¿Duele? –
- Mucho –
- Estúpido clavito –
- Dijiste una mala palabra –
- Será nuestro secreto, si me porto mal me quitan mi único permiso de negarme a las verduras y olía a brócoli, no me gusta el brócoli –
- A mí sí, pero no me gusta la coliflor –
- Bueno, esto es lo que haremos, voy a meter mi cabeza bajo tus brazos y tú vas a soltarte de ese tronco y me abrazarás por el cuello lo más fuerte que puedas –
- No, me caeré y me duele –
- Soy fuerte nena, nunca te dejaré caer –
Ella duda, lo entiendo, le duele, me mira y algo cambia en sus ojos, me dice que sí con la cabeza.
- Ok, no me dejes caer por favor –
- Nunca - repito
Ella hace lo que le pido y la sostengo por su pancita, bien, papá tiene razón, las verduras sirven, tengo mucha fuerza, tal vez le dé otra oportunidad al brócoli.
Maggie solloza por culpa del clavo malvado, pero la logro sostener y sacar del apuro, la ayudo a bajar por los troncos, nuestros padres nos esperan junto a la escalera, su padre la carga, ella esconde su cara en su cuello y él la calma con palabras suaves.
- Muchas gracias por tu ayuda Lucian, no me pude presentar antes, soy Arthur Walker, el padre de Maggie – me tiende la mano y aprieto firmemente como me enseño papá.
- Lucian Thompson y ella es mi mami, Luciana Thompson –
Supongo que ella ya se presentó, pero papá siempre la presenta, así que yo también lo hago, ella es nuestra reina.
- Maggie está lastimada, ese clavo malvado se atoró en su vestido y la lastimo en la pierna izquierda, no pude ver su herida porque los niños no debemos levantar los vestidos de las niñas, nunca –
El señor Arthur sonríe, dice si con su cabeza, creo que los adultos le llaman asentir.
Él levanta un poco el vestido de su hija y revisa su pierna, saca un pañuelo de su bolsillo y lo pone en la herida, debo empezar a llevar un pañuelo.
- No se preocupe, señor Arthur, mi papá estará mañana temprano en casa, le pediré que me acompañe y traeremos nuestras herramientas y quitaremos ese clavo, Maggie nunca más volverá a lastimarse, se lo prometo –
- Eres un niño muy amable e inteligente, muchas gracias Luke, llevaré a Maggie a casa y curaré su pierna – él mira a mi madre – gracias Luciana, de verdad, muchas gracias -
- Con el mayor de los gustos, mi Luke es todo un caballerito y siempre está listo para ayudar – las palabras de mi mami me llenan de orgullo, soy su caballero de brillante armadura, lo sé.
– ¿Siempre vienen a este parque? Es la primera vez que los veo –
- Es nuestra tercera vez, nos mudamos hace un mes al vecindario y no habíamos podido venir muy a menudo, hoy están pintando en casa, así que mejor traje a Luke a tomar aire fresco –
- Bueno, a Maggie le gusta venir todos los domingos, pero mi hijo menor está en sus terribles dos años y mi esposa estaba abrumada… –
- Y no nos quería cerca porque lo despertamos justo cuando acababa de dormirse – dice Maggie sacando su carita del cuello de su padre – así que huimos al parque -
Su padre ríe y asiente.
- A veces es muy demandante ese renacuajito –
- Lo entiendo, mamitis aguda a la orden del día – él asiente
- Pero ya que los conocimos, ¿qué te parece si juntamos a los niños a jugar los domingos? Oliver es pequeño aún, pero podría funcionar -
- Que dices Luke, ¿te gustaría venir el domingo a jugar con Maggie y con Oliver? – me pregunta mamá y peina mi cabello
- Si mami, me encantaría –
- ¿Me bajas papi? –
- Claro, princesa –
El señor Arthur baja a Maggie al suelo y ella se acerca a mí, me abraza y me da un beso en la mejilla, raro, cuando las niñas de mi antiguo jardín se me acercaban y me querían besar, huía, pero a Maggie, la abrazo también.
- Muchas gracias mi fuerte Luke, nos vemos el domingo –
- Estaré contando los días –
Ellos se marchan y nosotros también, vamos en direcciones opuestas, supongo que a pesar de ser el mismo vecindario no estamos tan cerca, no importa, el parque está justo en el medio y podré ver a Maggie los domingos y vendrá su hermanito también, aún no conozco a ningún niño en el vecindario, vivimos junto a los McGuire y ellos tienen una niña más pequeña que yo y del otro lado de la calle están los Miller y aún no saben que van a tener, la señora Miller quiere que sea sorpresa.
Me pregunto cómo será Oliver, Maggie tiene el cabello amarillo y es muy bonita para ser una niña, en serio muy bonita.
- ¿Cuántos días faltan para el domingo mamá? –
- Bueno cariño, hoy es martes, es el segundo día de la semana y el domingo es el séptimo día, ¿quieres contarlos? –
Mamá se detiene, se agacha y me presta su mano libre, mami nunca suelta mi mano en la calle, yo tampoco, cuento con sus dedos y los míos y digo que nos faltan cinco días para el domingo, cinco días para volver a ver a mi Maggie.
- Mami –
- ¿Si cariño? –
- A partir de hoy, no quiero más pases libres de vegetales –
- ¿No? –
- No, papá tenía razón, ayer me los comí todos y hoy tuve mucha energía y pude ayudar a Maggie, ella me llama su fuerte Luke, así que debo comérmelos todos para siempre estar fuerte por si mi dulce Maggie me necesita –
- ¿Tu dulce Maggie? –
- Así le diré el domingo, ¿te gusta? –
- Me encanta cariño, está bien, me aseguraré que siempre tengas vegetales todos los días –
- Gracias mamá –
Cuando papá dijo que nos íbamos a mudar estaba enojado, pero ahora, me alegro que nos hayamos mudado, pero será la única vez, le diré a papá que ya no nos podemos mudar nunca más, mi dulce Maggie me necesita y siempre tendrá a su fuerte Luke, siempre.