MAGGIE
CAPÍTULO 5: CORDELIA
Entré a la habitación de Cordelia con el grupo que estaba haciendo las rondas matutinas, escucho atentamente la presentación de la paciente, sus síntomas al ingresar por urgencias, el tratamiento quirúrgico y la evolución, le revisaron la herida y sus constantes vitales encontrándola en rangos normales, presentando el dolor que comúnmente conlleva una cirugía, todo normal.
Todos salieron de la habitación al terminar, dejándome a solas con ella.
- ¿Cómo te sientes? – pregunté sobresaltándola
- Adolorida –
- ¿Por qué esperaste tanto para decir que te dolía? –
- No lo sé –
- Cordelia –
- Magnolia –
- Respóndeme –
Tras unos segundos, responde resignada.
- No creí necesario atenderme –
- Un dolor como el de apendicitis no es algo innecesario de atender, ¿Qué está pasando realmente Cordelia? –
Ruedo una silla y me siento junto a su cama, ella simplemente ve por la ventana, con la mirada casi que perdida, solo existiendo, un escalofrío me recorre por la espalda, mi hermano Oliver ya me había advertido de esto, pero verlo de frente, es algo diferente, era como ver a mi hermano pequeño, Asher, en sus peores épocas, en esas épocas en las que no quería luchar ni por respirar.
- Connie, ¿debo recetarte antidepresivos? –
- Ya los tomo, no sirven –
- Connie, mírame por favor –
Luego de un largo suspiro, Cordelia por fin me mira a los ojos.
- ¿Qué haces aquí Magnolia? Porque no te vas a atender a tus pacientes en vez de estar perdiendo tu tiempo conmigo –
- Eso hago niña, eres una de mis pacientes, anoche cuando llegaste, el doctor que te estaba operando sufrió un infarto en el quirófano, así que tuve que relevarlo –
- ¿Tú me operaste? –
- Si –
- ¿Y me dejaste vivir? –
- Oye, al menos conservas el buen humor n***o –
- Siempre – la sonrisa de Connie es triste, un tanto apagada
- En serio Cordelia, ¿qué pasa contigo? Puedes decirme lo que quieras, sé que nunca nos hemos llevado bien, pero te aseguro que puedes confiar en mi -
- No hay mucho que decir –
- Entonces será sencillo, habla –
- Ya no tengo mucho por lo que vivir –
- Porque dices eso, claro que tienes por lo que vivir, empezando por ti misma –
Cordelia bufa volviendo a mirar por la ventana, le doy unos minutos de tranquilidad antes de volver a intentar sacarle las palabras.
- ¿Has hablado de esto con tus terapeutas? – ella asiente - ¿Tratamiento? –
- Antidepresivos, y como te dije, no sirven – susurra
- Connie, eres una mujer hermosa, joven, si, cometiste horribles errores, pero los has estado enmendando, te has puesto en manos de profesionales, pero si no nos ayudas no podemos hacer mucho, debes poner de tu parte –
- Eso intento Maggie, te juro que lo intento, pero de que me sirve luchar, ¿A qué vida regreso? ¿A una en la que sé que todo lo que he hecho es destruir a los que quiero y me han querido? Nada más mira todo lo que hice con tu hermano –
- Ania te estaba manipulando –
- Aun así, Magnolia, me dejé manipular, hice cosas horribles a mi familia, a mí misma, a una persona en especial la destruí, ¿para qué sigo en esta vida? No tiene sentido –
- Oye no digas eso –
- Es la verdad –
- Bueno, vamos por partes, si, la cagaste en grande, pero, primero que todo, también nos ayudaste, nos pusiste sobre aviso de los planes de Ania, nos diste la oportunidad de ir con una luz a su trampa y fíjate, salimos todos bien y ahora ella está pagando sus crímenes en la cárcel, y toda mi familia está a salvo, eso fue gracias a ti –
- Una sola buena entre miles de cagadas –
- Por algo se empieza y no es una sola, tus padres, por ejemplo, por tu sinceridad mi familia y la de mi cuñada han podido ayudarlos, poco a poco han ido saliendo de los acreedores y las denuncias, ahora tienen unas socias comerciales extraordinarias y el proyecto LUTUX no se hundió, al contrario, está más vivo que nunca, tus padres están dichosos –
- Como debió ser siempre, no debieron sufrir todo lo que les hice sufrir, mi padre tuvo un infarto por mi culpa –
- Eso no es cierto, el corazón de tu padre estaba trabajando horas extras, mi suegro me explico que así hubiera estado durmiendo, en cualquier momento sus arterias colapsarían, eso no fue tu culpa –
Cordelia se queda en silencio unos segundos y luego me mira a los ojos.
- ¿Porque haces esto? ¿Porque tratas de animarme? –
- No tengo idea, creo que no te odio tanto como creía –
Ella asiente y nuevamente mira por la ventana, espero pacientemente y luego de unos minutos, por fin habla.
- Mi mamá me dijo que una de las nuevas socias de papá es la esposa de Oliver –
- Sip, Laila, ella y sus hermanas tienen una constructora y les gustó el proyecto, así que decidieron invertir –
- Nunca pensé que Oliver le recomendara a su esposa invertir en el proyecto de papá –
- Bueno, no fue él quien hizo la recomendación –
- ¿No? –
- No, fue la asistente del mejor amigo y abogado de ella, Sonia se llama –
Los ojos de Cordelia se abren tanto que pienso que se saldrán de sus orbitas, los latidos de su corazón se disparan en el monitor cardiaco y tengo que subirle al oxigeno porque empieza a hiperventilarse.
- Oye calma, tranquila, esta todo bien –
Cordelia empieza a llorar amargamente, trato de consolarla, pero esta más allá de mí su calma, así que solicito a la enfermera un calmante, minutos después, Cordelia yace dormida en su cama, salgo de su habitación y llamo a mi cuñada Laila, ella me dará las respuestas que ese ataque de Connie me dejó.
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- Vicryl 4.0 – pido a la instrumentadora quirúrgica – presta mucha atención en esta sutura, la próxima, te tocara a ti – le digo a mi residente
- Si doctora –
Termino de hacer la sutura y le paso el instrumental para que él termine, como siempre, haciéndolas perfectas.
- Excelente, buen trabajo doctor Pierce – lo alabo – bueno, con esto terminamos, solo resta cerrar, ¿te haces cargo? –
El asiente y procede a iniciar el cierre, a un extremo del quirófano está otro titular de cirugía tomando notas, así que salgo y me quito la bata y los guantes sucios y procedo a lavarme, confío en Pierce, es un buen estudiante y esta incluso adelantado a su año, si sigue así, muchos vamos a tener problemas para seguirle el paso, el titular se acerca y vigila más de cerca su trabajo, me mira a través del cristal, asiente y levanta un pulgar, si, este chico es toda una revelación de la cirugía general.
Salgo del quirófano y envío las notas pertinentes por la tableta, Pierce las terminará una vez culmine de cerrar al paciente con sus propias notas. Me dejo caer en el sofá que está afuera del pabellón de quirófanos para esperar a Pierce e irle a dar las buenas noticias a sus familiares, la cabeza sigue dándome vueltas después de la conversación que tuve con Laila temprano en la mañana.
Todo lo que me contó me dejó fría. Siempre pensé que Cordelia era una mujer sin escrúpulos, pero todo lo que le hizo a esa pobre mujer, Sonia, eso está fuera de proporciones, mi imaginación se quedó corta, sin embargo, eso explica su reacción y su depresión, esta sinceramente arrepentida y su forma de purga, es descuidándose, quiere lastimarse como la lastimó a ella.
Le conté a Laila sobre eso y ella quedo inquieta, me dijo que hablaría con Sonia, tal vez si visitaba a Connie y hablaba con ella podría ayudarla a entender que por muchos errores que cometamos, siempre tenemos derecho a reivindicarnos y si ella dejo de lado su dolor y resentimiento para recomendarle a sus jefas el proyecto del padre de Connie, algo de cariño todavía debe haber por allí.
Entro en la interfaz de pacientes y reviso el historial de Cordelia, la clínica de rehabilitación donde está internada, es de nuestro hospital, así que puedo revisar las notas de sus terapeutas, lo que leo me deja en shock, que le pasa a esa gente, hay señales de depresión y de autolesiones por doquier y el medicamento que le enviaron es de los más suaves y si no hay mejoría debieron cambiárselo hace mucho y darle un mejor monitoreo.
No lo dudo, ingreso a su historia clínica y dejo la recomendación, así mismo como una revisión para el personal de psiquiatría, si bien ella no es santo de mi devoción, todos los seres vivos merecemos la mejor atención médica y más si están pagando la cuantía que los padres de Cordelia pagan para que atiendan a su hija.
- Doctora Thompson – me llama Pierce sacándome de mi concentrada misión, trae la camilla con nuestro paciente – ya vamos a recuperación, todo quedó perfecto –
- Muy bien, deja que las enfermeras lo instalen y vamos a darle la noticia a sus familiares –
Termino de escribir en la tableta la nueva prescripción para Cordelia y la revisión de psiquiatría y voy con mi residente a la sala de espera, entregamos el parte médico a sus familiares quienes están aliviados al escuchar que su ser querido ya se encuentra en recuperación tras una cirugía exitosa.
Me despido de Pierce y le encargo los demás pacientes en postoperatorio y voy a la habitación de Cordelia, esta dormida, la enfermera me informa que despertó a eso del medio día y comió unos cuantos bocados y nuevamente se durmió, no me gusta ese letargo, no es bueno, otro claro síntoma de una depresión profunda.
- Enfermera Connors, necesito que presten mucha atención a esta paciente, es una paciente psiquiátrica con tendencias de autolesión y depresión profunda, no dejen ningún utensilio que pueda utilizar como un arma, revise el baño, que no haya ninguna cuchilla, nada cortopunzante, no es violenta con otros así que no la vayan a restringir, si sigue sin querer comer, me avisan a mí y a psiquiatría, deje una nota en el postoperatorio para cambiarle los antidepresivos por unos más fuertes, no está pasando por un buen momento, hay que cuidarla –
- Si doctora Thompson, no se preocupe, la vigilare como un halcón –
- Perfecto, puede llamarme a cualquier hora por cualquier eventualidad –
Ingreso nuevamente a la habitación y me quedo mirándola durante un par de minutos antes de llamar a mi esposo para que venga a buscarme, voy a los vestidores de titulares y me cambio de ropa, hoy ha sido un día suave en el trabajo, sin embargo, el impacto emocional de ver a Cordelia así, me dejo extenuada.
Luke me envía un mensaje avisándome que está a diez minutos, así que me apresuro a terminar de acomodar mis cosas y dirigirme al parqueadero junto a la entrada principal del hospital, donde siempre me recoge mi esposo.
Al llegar, se baja del auto y lo rodea para abrirme la puerta del pasajero, me acerco y sin dudarlo mi esposo me abraza y me besa, me quita el bolso que llevo y lo mete en el asiento trasero mientras yo entro en el delantero y él cierra mi puerta, mi perfecto caballero rodea nuestro auto y se sube al asiento del conductor.
- ¿Que tal tu día amor? –
- Raro –
- ¿Y eso? –
Le resumo a mi esposo todo lo que Cordelia me dijo en mi visita, además de lo que averigüé con Laila sobre la mujer que Connie lastimó, y la tiene sumida en la depresión.
- Oliver y yo también lo notamos cuando nos contó lo de Ania –
- Laila cree que sería bueno que se viera con Sonia y puedan solucionar algo –
- Sinceramente amor, espero que se mejore y recupere su vida, aún está a tiempo de reencaminarse –
- Si, pienso lo mismo – miro por la ventanilla y me doy cuenta que no vamos a nuestra casa - ¿A dónde vamos Luke? –
Mi esposo toma mi mano y me da un beso en los nudillos.
- Hice reservaciones en el restaurante italiano que te encanta –
- ¿Me olvide otra vez de nuestro aniversario? –
Luke suelta una carcajada que también me hace reír, si, el día de mi boda fue el más feliz de toda mi vida hasta ahora, pero demándenme, estaba con la residencia al cuello y apenas sabía si era de día o de noche por el sol y la luna y bueno, así que sí, lo olvidé, una sola vez, desde entonces puse un recordatorio en mi calendario del celular, odié mucho recibir todas las atenciones de mi esposo, aunque después se lo recompensé.
- No mi amor, para eso aun nos faltan un par de semanas – se encoge de hombros y me guiña un ojo poniendo esa sonrisa traviesa que me encanta - simplemente quise llevarte a cenar, has estado estresada y triste últimamente, sólo quería agasajarte, mimarte, tener mucha suerte cuando regresemos a casa –
Mi corazón estalla de amor y mis partes femeninas en lujuria, no sé qué hice para merecer este hombre, pero doy gracias a Dios, a la vida, a todo el universo por juntarnos, porque Lucian Matthew Thompson, es lo mejor que me pasó en la vida y por supuesto, va a tener mucha suerte cuando regresemos a casa.