CORAZÓN PREDESTINADO

2: MAGNOLIA

MAGNOLIA

CAPÍTULO 2: SEGUIR ADELANTE

- No puede ser –

La decepción inunda mi ser al ver la mancha roja en mi ropa interior.

- No, no, no, - las lagrimas bajan por mis mejillas.

Hace un par de semanas que fuimos con mi amiga Jacqueline de la clínica de fertilidad a recoger nuestros resultados y ella nos aseguró que todo estaba en orden, solo debíamos esperar a que ocurriera.

Luke y yo hemos hecho el amor tantas veces de distintas formas que ya perdí la cuenta, y juro que algo en mi pensaba que lo íbamos a conseguir este mes, pero frente a mi esta la prueba de que no será esta vez.

- ¿Maggie? ¿Nena estas bien? –

- Si mi amor, ya salgo –

Me quito la ropa interior manchada y la enjuago en el lavamanos, busco entre mis cosas y saco un tampón, hago lo correspondiente y luego me pongo mi bata para salir cubierta del baño. Luke me mira y como siempre, me lee perfectamente.

- Ven aquí nena –

Voy corriendo a sus brazos y sollozo, mi corazón se rompe un poco más por ese bebé que aun no quiere venir con nosotros.

- Tranquila amor mío, si no fue este mes, será el próximo –

- Siempre me dices lo mismo – él se tensa – ya no puedo seguir haciendo esto –

- ¿Qué? ¿Seguir teniendo sexo caliente con tu esposo? –

Golpeo su brazo, pero me rio.

- Tonto –

- Tu tonto en todo caso – el suspira, me carga en sus brazos y me lleva a nuestra cama, se sienta conmigo en su regazo - ¿ya no quieres que busquemos un bebé? –

- Ya no quiero seguir ilusionándome –

- Ay amor, creo que eso sería imposible –

- Lo sé – lloro nuevamente – pero ya no quiero sentirme así –

Luke me consuela durante varios minutos hasta que me calmo un poco, sentir su calor y su aroma varonil siempre ha sido mi bálsamo para la tristeza.

- ¿Y si adoptamos? –

Su pregunta me sorprende, siempre quise un bebé de los dos, un bebé que naciera de mí, pero tampoco es que me desagrade la idea de adoptar, al contrario, cuando éramos más jóvenes y una madre de la fundación se fue dejando a su bebita recién nacida abandonada, me lo plantee seriamente, pero aun estábamos estudiando, Luke acababa de ingresar al bufete de abogados donde ya es socio, y yo estaba a la mitad de mi residencia como cirujana, era complicado para nosotros.

- Esa vez casi lo hacemos –

- Dices que no puedes leerme la mente, pero siempre te las arreglas para saber que es lo que estoy pensando –

- Años de practica – Luke acaricia mi mejilla y yo me inclino a su tacto – podríamos hacerlo, podríamos adoptar a un bebé y luego agregar un hermanito o hermanita de ambos, o adoptar un adolescente y saltarnos la fase de los cambios de pañales –

Me rio abiertamente por sus ocurrencias.

- Bebé, quiero un bebé –

- Entonces, ¿lo hacemos? –

- Si, definitivamente si – mi corazón rebosa de una alegría que no sabia que tendría por esta decisión – te amo tanto amor -

- Y yo a ti mi vida –

- Gracias por darme esto –

- Oh nena, esto también lo hago por mí, no me creas tan altruista – él besa mis labios suavemente – muero por ser padre también, pero los pañales que se puedan catalogar como riesgo biológico, esos te tocan a ti –

Ambos nos reímos y luego nos besamos un rato, mi corazón se siente más ligero por la idea de Luke, mi mente esta haciendo una fiesta entre la alegría, la ansiedad y el miedo.

Mi esposo se aleja de mi y me hace salir de su regazo para que podamos cambiarnos e irnos a trabajar, la euforia baila en todo mi ser. Hoy debo ir a la fundación a revisar los presupuestos, así que aprovecharé para hablar con las trabajadoras sociales que tenemos a disposición a ver si tienen conocimiento de algún bebé en alguna fundación aliada.

Luke me deja en la puerta con otro beso y se va al bufete, se ve radiante de felicidad también, no me había dado cuenta del peso que estaba cargando mi esposo por mi casi obsesión por embarazarme, me pregunto si ya había tenido esa idea antes y solo estaba esperando el momento ideal.

Antes de entrar, veo como la camioneta de Adam entra en el estacionamiento, el se baja y ayuda a su mamá a bajar, mi tía va hacia la parte trasera y saca a Carlotita de su asiento, ya casi cumple dos años y Thelma, mi tía, Paloma y yo estamos locas organizando su fiesta.

Veo su carita angelical y mi mundo se ilumina. Quiero a Carlota con todo mi ser, así que salgo corriendo y se la quito a mi tía quien se ríe por mi reclamo, le hago cosquillas, la beso, la acaricio, la apretujo a mí, queriendo impregnarme de su rico olor a bebé.

- Me la vas a desgastar – me dice mi tía con una sonrisa de oreja a oreja – y ni siquiera me has saludado, ¿Dónde están sus modales Sra. Thompson? –

- Se fueron por la alcantarilla apenas vio a mi hermanita – responde por mi Adam, uno de mis primos gemelos.

- Hola tía – le doy un abrazo de medio lado sentando mi postura de no devolución de la bebé y me giro a Adam – Hola Tweedledum, ¿dónde dejaste a Tweedledee? –

- Llevando a Pal a inscribirse a la universidad -

Adam se acerca a mi y me abraza aun con su hermana en mis brazos, le da un sonoro beso en la mejilla a la bebé quien se ríe y lo imita besando la mía.

- Ay que rico –

- Beso – dice Carlotita – beso lande, amol lilante – aun le cuesta pronunciar la g y la r.

- Beso grande, amor gigante – repite mi tía acercándose a su hija y besando su mejilla – dile adiós a tu hermanito Adam para que nos vayamos a trabajar con tu prima Maggie –

- Adiós Adi – Carlota es la única que le dice así a mi primo – beso – el pone su mejilla y ella lo besa – ti amo manito –

- Y yo a ti mi Carli –

Mi primo vuelve a besar a su hermana, me da un beso en la frente y se acerca a su mamá a quien abraza fuertemente. Desde que mamá murió, los gemelos hacen eso, no les importa quien los vea o lo que digan, ellos abrazan y besan a sus padres cada vez que quieren, amo eso de ellos, vernos sufrir a mis hermanos y a mi la perdida de nuestra mamá los traumo también, incluso a Paloma quien era aun más pequeña, recuerdo que, en el funeral, ella se acercó a nosotros y nos prometió compartir a su mamá cuando estuviéramos tristes, la emoción me gana y escondo mi rostro en el cuellito de Carlota quien se ríe sin parar.

- Me llamas cuando vayas a salir para ver quien viene por ustedes – le dice Adam – te amo mami –

- Te amo mi niño, ve con tus hermanos para que no se maten entre sí –

Adam le guiña un ojo y sonríe con esa sonrisa destinada a las travesuras.

- Que poca fe mamá –

- No es poca fe, es experiencia y 14 horas de parto para tenerte a ti y a tu hermano y 8 para tener a Palo –

Adam se ríe y corre rodeando la camioneta, se sube y se va.

- Bueno, ya que se fue mi revoltoso mayor, cuéntame, ¿porque estuviste llorando? –

- ¿Yo? –

- Cuatro hijos Magnolia –

Esa es otra de sus formas de decirnos que no la engañaremos, mi tía lee el lenguaje corporal como si hubiera un teleprompter encima de las cabezas de las personas, supongo que criar gemelos endemoniados como mis primos la hizo una experta.

- Me vino el periodo hoy –

- ¿Y? –

- Periodo igual a no embarazo –

- ¿Lo están intentando? –

Camino con Carlota en mis brazos quien se distrae jugando con mis aretes, mi tía me sigue esperando mi respuesta, nadie en la familia a excepción de Oliver y Asher saben que Luke y yo habíamos decidido tener un bebé.

- Por casi un año, apenas hace como seis meses le conté a mis hermanos, ni siquiera se lo dije a papá aún –

- Ay mi niña – odio escuchar la pena en su voz – ¿y se han hecho estudios? –

- Todos, estamos en optimas condiciones, simplemente, no ha pegado –

- Cariño a veces toma tiempo, mira con Carlota, se lleva casi dieciséis años con Paloma, yo pensé que ya la fabrica estaba cerrada, nunca me cuidé con tu tío después de ella por el desbalance hormonal que me quedó y cuando menos lo pensé, oh sorpresa –

Me rio mientras abrazo mas cerca a Carlota, la bebé sorpresa, mi tía ya estaba pensando en la menopausia cuando vino a mi en el hospital, la derive con Jackie y oh sorpresa como dice ella, tenia casi cuatro meses de embarazo.

No tuvo ningún síntoma salvo la perdida del periodo, a sus 41 años, lo achaco a la premenopausia por los calores que empezaba a sentir, nada, esos también eran por la bebé, un año después del nacimiento de Carlota, su periodo volvió y aun lo tiene, aunque ya no hay posibilidades de otro bebé porque mi tío se hizo una vasectomía urgentemente la semana siguiente al anuncio de la bebé.

- No pierdas la fe sobrina –

- No quiero perderla, pero duele muchísimo –

- ¿Luele Mani? – pregunta Carlota - ¿Queles besito?

- Si, muchos besitos –

Mi tía sonríe dulcemente mientras me abre la puerta y yo entro con mi primita llenándome de besos, una vez dentro, ella reconoce el lugar y la pierdo, me pide que la baje y corre al salón de juegos, mis brazos se sienten vacíos al ya no tenerla conmigo. Mi tía pasa junto a mi y la sigo hasta mi oficina, nos sentamos y le empiezo a contar la idea que me dio Luke en casa.

- Si, mil veces si, es una idea fantástica Maggie, por supuesto que sí, me encanta –

Ella se emociona por nosotros y no duda en levantarse y acercarse a mí a abrazarme prometiéndome ayudarme a cuidar a mi futuro bebé, toma su teléfono y llama a las trabajadoras sociales, les informa que estamos buscando un bebé para adoptar y que empiecen a traernos archivos para revisar quien podría ser el afortunado próximo bebé Thompson-Walker.

Mi celular se ilumina y reviso el chat, hay un mensaje de mi esposo diciéndome que está indeciso y luego llega una foto de él en una tienda para bebés, luego una foto de un par de mamelucos, uno rosa que dice, la princesa de papá y uno azul que dice, el príncipe de mamá.

Sonrío tanto que mis mejillas duelen, mi tía me ve feliz, acomoda su teléfono entre su oreja y el hombro y forma un corazón con sus dedos a sabiendas que chateo con Luke, giro mi celular y ella articula un “divinos” y se lleva las manos al corazón, le encantan igual que a mí.

Otro mensaje de mi esposo llega diciéndome que no pudo decidir y que compró ambos, me rio y le respondo que ame ambos y que muero por verlos puestos en nuestro bebé, el responde con corazones y un te amo, retorno el amor y dejo mi celular a un lado para ponerme manos a la obra con los asuntos de la fundación mientras mi tía sigue llamando a sus contactos en busca de mi bebé, no pude encontrar mejor aliada que Antonia Walker.

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Después de mis reuniones en la fundación, voy al hospital donde soy titular en cirugía general, es difícil a veces compaginar ambos trabajos, pero amo mi profesión y amo mi vocación en la fundación, nunca podría elegir entre alguno de ellos, mi jefa lo sabe y como es una gran amiga de mis suegros, no me asigna muchas cirugías de emergencia, así que solo hago consultas la mayor parte del tiempo y cirugías programadas.

Mi residente asignado este mes es un chico de tercer año que se llama Edward Pierce, es entusiasta y aprende rápido. Apenas llego me recibe con un batido de fresas con crema que me encanta y solo tomo los miércoles después de las reuniones semanales de la fundación, y me informa de una paciente que necesita cirugía y por la que vine principalmente hoy.

- Confirmamos que la señora Collins tiene un grave caso de obstrucción intestinal, su esposo cree que podrían ser lombrices – le alzo una ceja, el cambia en la Tablet a la imagen de la radiografía, veo una masa en sus intestinos, pero a pesar de que amplio la imagen no logro distinguir que es – ordené una tomografía, pero la señora no estaba estable para hacerle el estudio así que la subí directamente a preoperatorio para una laparotomía exploratoria y mientras preparan el quirófano fui a buscarle su batido –

- Buen trabajo Pierce, sigue así y te recomendaré en el concurso de cirugía a solas del doctor Noland – él sonríe ampliamente – ve a lavarte mientras yo termino mi batido –

- Si doctora –

Envío un mensaje a mi esposo avisándole que estaré en cirugía al menos unas 6 horas y me responde diciendo que el hará la cena y cuando salga le avise para venir a recogerme al hospital, Luke siempre me lleva y me trae a todos lados, desde la muerte de mamá no soy capaz de conducir un auto.

Me sacudo los malos recuerdos y termino mi batido caminando rumbo al piso de quirófanos, la señora Collins merece toda mi concentración para aliviar su dolor, así que allá voy, a salvar vidas.