Esta vez ya estaban todos listos, Alexander pidió darse las manos para transportarse todos juntos a la montaña, Martha como siempre al lado de su esposo y los niños, cada uno agarrado de la mano de cada uno de sus padres con sus hermosas sonrisas infantiles, Laila tomo la mano de uno de sus sobrinos, sin embargo, no tomo la mano de Erick, este se quedó extrañado de que le demostrara tan de frente su disgusto, desprecio y molestia. El rey vampiro se percató de esto y entonces, pidió a su amigo que le tocara el hombro y así viajarían mucho más rápido hasta la casa de invierno que tienen en la montaña, Erick tocó el hombro con su palma y todos desaparecieron ante las miradas de los sirvientes y soldados. Llegaron en pocos minutos a ese frío sitio, la cabaña era hermosa, amplia, el equipaje