Una semana más tarde, Sasha estaba en un viaje con sus padres para conocer a su suegra y, por supuesto, a su pronto esposo, que todavía es un misterio para ella. Ella tiene un sentimiento agradable y aterrador acerca de esta reunión, ¿y si resulta ser uno de sus ex que quería volver con ella por haberlo dejado? ¿Y si es un viejo conocido con el que ella se había negado a acostarse? ¿Quién es él que tuvo que aceptar la propuesta de casarse con ella con solo una mirada?
Conduciendo hacia la casa de campo, sus ojos se agrandaron, maldita sea, se va a casar con una familia rica. Ya pasaron la puerta, pero todavía pasaban por delante de muchos árboles y flores, todo era verde y fascinante. Después de diez a quince minutos en coche, se detuvieron frente a una mansión con fuentes cada cien metros desde la primera y muchas estatuas, la casa parecía un palacio de cuento de hadas, rodeada de muchos verdes y flores, es hermosa.
Sasha cautivó en su mente, ya estaba enamorada del edificio, algunos sirvientes de la casa vinieron a recibirlos con sonrisas. Angélica aceptó sus saludos con una sonrisa radiante. Fueron conducidos a la casa y una mujer alta y hermosa se acercó a ellos con un movimiento cortés, parecía la Reina de Inglaterra y si Sasha no lo sabe mejor, realmente creerá que lo es.
-Bienvenidos, bienvenidos- les sonrió y había algo en ella que les resultaba tan familiar, sus ojos azul cristalino realmente le recuerdan a alguien, alguien a quien dudaba volver a encontrar en su vida.
-Gracias- Angélica sonrió y Nicolás también.
La mujer la miró y sonrió -esta debe ser Sasha entonces, es más hermosa de lo que esperaba-
Sasha le sonrió a la mujer, que lengua tan halagadora, pensó -es un gusto conocerte también-
La mujer sonrió antes de llevarlos a la sala de estar, donde Sasha creía que se perdería si la dejaban sola en la casa. La casa era enorme, quiere decir enorme, sus ojos se agrandaron mientras admiraba la decoración de la sala, con un candelabro que tiene de ocho a diez escalones, brillando intensamente en la habitación. Había tres enormes retratos colgados en el pasillo. Uno era de la mujer y otro de un hombre de ojos azul oscuro, un moreno que ella creía que debía ser su marido. La riqueza le olía.
El último del retrato era de un hombre joven que debería ser al menos dos años mayor que su edad, tiene un cabello n***o como la boca que estaba relajado en su cabeza, brillante y húmedo como si acabara de salir de la ducha. sus ojos azules como el cristal parecen arder en los de ella como si el retrato estuviera vivo y él la estuviera mirando. Tenía una mandíbula cincelada y su nariz estaba perfectamente puntiaguda, había una delgada y sexy línea rosa donde deberían haber estado sus labios. Parecía tan familiar y cuando finalmente se dio cuenta, jadeó, después de todo, uno nunca olvida a su primer amor.
Sasha se encontró mirando fijamente el retrato, ¿podría ser realmente él o ha deseado tanto volver a verlo que cree que esta persona es él? Ella miró al hombre en el retrato junto al suyo y recuerda que ve mucho ese rostro, especialmente en las noticias, se parece mucho a Joseph Brown, miró a la mujer en el retrato, si él es Joseph Brown, entonces ella es Vanessa Brown y eso lo convertirá en él, miró el retrato del joven frente a ella, Michael Brown.
Respiró hondo y miró a su alrededor, ¿significa esto que está en la casa de los Brown? ¿La familia multimillonaria? Ella lo pensó, por supuesto, solo los Brown pueden conseguirle el contrato de Jack y Jones. Se volvió para mirar a la mujer que estaba charlando tan libremente con sus padres, ¿se va a casar con Michael? Sintió que su corazón latía cada vez más, se encontró muriendo por conocer a este prometido suyo, ¿puede realmente ser él? Pero, entonces se sabía en la escuela que él era gay, esa fue también la razón por la que ella nunca fue tras él.
-Joseph estará aquí en cualquier momento, solo está revisando algunos papeles en su estudio- la mujer de la que se ha dado cuenta como Vanessa le dijo a sus padres. El corazón de Sasha latía cada vez más, realmente quiere preguntar por él, quiere estar segura de que él es el indicado. Será desgarrador que su esperanza aumente por nada.
-Está bien, podemos esperar- decía su madre, -¿y Michael?-
-Oh, estará aquí pronto, no te preocupes. Estoy bastante segura de que está deseando ver a su prometida- Vanessa miró a Sasha con una sonrisa -ahora veo por qué la eligió a primera vista, ella es una belleza -.
-Oh por favor, no,nos halagas- dijo Angélica pero con una sonrisa de orgullo evidente en su rostro mientras miraba a su hija.
Michael, dijo Michael, la mente de Sasha se repetía, ¿puede ser un Michael diferente? Ella esta equivocada? No puede creer cómo estaban tan ocupados charlando casualmente cuando ella está a punto de tener un colapso. ¿Por qué sus padres no le dijeron para que pudiera prepararse mentalmente? ¿Ella ya había concluido dentro de sí misma que nunca volvería a verlo en esta vida suya y aquí está, a punto de casarse con él?
Sus piernas se debilitaron y se sentó en el sofá disponible más cercano a ella, necesita controlar su emoción, siempre lo niega pero sabe que él era la razón por la que no se había conformado con nadie porque siempre esperaba ver sus cualidades en ellos y cuando no lo tienen, ella se enoja y rompe con ellos. Ella lo desea, desesperadamente, pero siempre hay algo que la ahuyenta, el hecho de que es gay.
La última vez que lo vio fue hace dos años cuando viajó a Canadá para una reunión. ¿Lo había visto como de costumbre en el círculo de sus amigos varones o socios comerciales? Ella no puede decirlo. Ella había ido al restaurante de su hotel a tomar una copa y lo había visto, se había quedado atónita, él era la última persona que esperaba ver y, como de costumbre, ni siquiera la notó y ella se había quedado en el restaurante robándole miradas. Se había quedado allí durante casi tres horas, pero ni una sola vez miró su mesa.
Un hombre saludando a su padre la sacó de sus pensamientos, miró hacia arriba para ver exactamente al mismo hombre que había visto en el retrato, nada estaba fuera de lugar -bienvenida- dijo.
Nicholas le estrechó la mano y él se volvió para mirarla -debes ser Sasha-
Ella asintió con la cabeza antes de sonreír -sí, encantada de conocerte-
El hombre sonrió -eres bienvenida a mi casa Sasha, espero que nos disfrutes como nosotros esperamos disfrutarte-
Qué hombre más tranquilo, pensó, a pesar de su riqueza. -Yo también lo espero-
Joseph sonrió antes de sentarse al lado de su esposa y comenzó una discusión con sus padres que ella también ignoraba, no puede dejar de pensar en su prometido o en el hombre que cree que es su prometido.
Después de una buena hora de charlar con los Brown, un hombre alto entró en la sala de estar, vestía un traje azul oscuro a juego con sus ojos, una camisa blanca con dos o tres botones abiertos. Su cabello estaba pegado a su cabeza y brillante. Su pecho era ancho y caminaba elegantemente hacia sus padres. Sasha no podía apartar los ojos de él, era tal como era, hace dos años, genial y guapo.
Saludó a sus padres con un asentimiento y solo la miró brevemente, fue como si no la viera allí. Tragó saliva y esperó la presentación que sabe que llegará pronto.
-Michael, ha pasado mucho tiempo- Nicolas y el joven levantaron ligeramente la comisura de sus labios en una leve sonrisa como respuesta.
-Hijo, creo que sabes quiénes son, este es Nicolas White y su esposa, Angélica White, hemos compartido muchos contratos comerciales con ellos- presentó Vanessa antes de mirarla -aquí está su hija, Sasha White, tu novia.-
Ante eso, él la miró y sus ojos azules como el cristal ardieron en los de ella, por primera vez desde que ella tiene memoria, la miró durante quince segundos. Él solo asintió más tarde y apartó la mirada de ella. Dejó escapar un suspiro, paso a paso, se dijo, después de todo, él mismo la eligió.
La familia compartió algunas pequeñas charlas más tarde antes de decidirse a cenar y ni una sola vez su llamado prometido le dijo una sola palabra. La familia parecía ajena al asunto, pero la quemaba, realmente se moría por hablar con él, no había dicho una sola palabra desde que llegó. Cuando le hablaron, todo lo que hizo fue asentir o levantar la comisura de los labios en una leve sonrisa. Ella realmente quiere escuchar su voz, ha pasado tanto tiempo.
Quería preguntarle sobre él, su vida, por qué decidió casarse con ella y si todavía prefiere a los hombres o las mujeres. Ella solo quería escucharlo hablar y tuvo que obligarse a comer, diciéndose a sí misma que tal vez él la seleccionaría después de la cena, después de todo, están a punto de casarse, necesitan hablar entre ellos, ¿verdad? Llegar a conocerse, incluso si se conocían desde hace trece años, desde la escuela secundaria hasta la escuela secundaria, apenas eran amigos.
Ella podía recordar entonces en la escuela, las únicas palabras que podía decirle eran ‘hola, hola y adiós', que él siempre, siempre responde con un movimiento de cabeza. Casi no hablaba en clase ni en ningún lugar de la escuela, por lo que su actitud esta noche no es mucho. En aquel entonces, en la escuela, solo se puede verlo hablando con sus amigos varones, nunca por una vez se lo había visto hablando con una niña y luego, un día, un estudiante de tercer año lo vio en el baño con otro estudiante de tercer año que había bajado los pantalones, así fue como se llegó a la conclusión de que era gay y ni por una vez salió a negarlo.
Después de la cena, la familia se dispuso a hablar de la boda, quieren que se casen lo antes posible. Sasha lo miró fijamente, queriendo saber si se opondría a algo o si optaría por agregar algo, pero se quedó allí sentado como una estatua, sin decir una sola cosa. Trató de mirarlo a los ojos un par de veces para distinguirlo, pero después de mirarla cuando su madre la presentó, él no volvió a mirarla, y por un breve momento, Sasha se preguntó si estaba haciendo lo correcto. pero nada, nada la hará feliz como sería, siendo su esposa.
Su teléfono sonó y se disculpó para contestar afuera, la discusión continuó sin él y luego de unos minutos, entró un sirviente para anunciar que se había ido. ¿Así? Sasha pensó, miró a sus padres pero ellos solo asintieron con la cabeza a la criada y continuaron con lo que estaban diciendo, no parecían sorprendidos por su actitud y ella supuso que esta podría no ser la primera vez y luego otra vez, preguntó esa vocecita, ella de nuevo, se preguntaba si estaba haciendo lo correcto, suspiró y se preguntó, ¿lo es?