—Bien, entiendo esa parte —aceptó Mariano—. Él lo hace, lo permite y es verdad, no puedes obligarlo a que no lo haga. Pero, Violet, también debes hablarlo con él, porque si no hay comunicación en una relación, no hay nada, todo se irá abajo. Tal vez porque es tu primera relación no sabes cómo comunicarte con tu novio y apenas estás aprendiendo. Violet se recostó en el espaldar de la silla y todo su rostro expresaba lo mal que se sentía por dentro. Además, parecía no tener fuerzas para sostener una conversación, su voz se escuchaba cansada y aburrida, soltando jadeos por momentos. —Es que… no me gusta discutir con las personas —explicó Violet. —Pero es que tú no vas a discutir con Gabriel. Se supone que la idea de hablar entre ustedes sobre lo que les gusta y lo que no, es para no ter