Capítulo 02. De una pesadilla a otra

3134 Words
Han pasado más de dos horas aun sigo en el hospital, mi padre no ha entrado a la habitación desde que la señora Vanessa lo echó, la verdad estoy muy confundida no sé que estará pasando por la cabeza de ese hombre que se hace llamar mi padre, debo mantener la calma y enfocarme en salir de este problema, mientras me comía las uñas entró una de las enfermeras que me atendían desde hace rato —Hola otra vez Keith ¿Cómo te sientes? — —Estoy muy bien gracias, oiga señorita — —Si, dígame — —¿Cuándo me sacaran este problema de encima? — —Tranquila Keith, estoy aquí para hacerte unas pruebas más profundas, unas que son muy necesarias para saber si puedes o no aguantar una intervención de esas — —Le juro que estoy muy bien, no me siento nada extraño, les doy el permiso absoluto de proceder ¿Dónde tengo que firmar? — —Las cosas no son tan fáciles como tú crees, es muy complicado lo que te haremos, si no estás de acuerdo en que te hagamos pruebas entonces lamentablemente no podrás abortar, tú decides Keith — —Está bien, acepto que hagan todas las pruebas necesarias — —Bien cariño, tomaré una muestra de sangre y la mandaré analizar, desde que tengamos los resultados procederemos — —¿Cuánto tardarán los resultados? — —Una hora más o menos — —¿Tanto tiempo? No aguantaré una hora más con este niño dentro de mi, no lo soporto — —¿Por qué odias tanto un ser que es carne de tu carne? ¿Qué te pasó mi niña, ah? Anda cuéntame, prometo no decirle a nadie — —Nada me pasó, solo que no quiero ser mamá y punto, ahora déjeme dormir por favor, así el tiempo pasará más rápido — —Como digas Keith, pero debes tener algo claro mi niña, nunca dejes que alguien te haga daño al punto de tocar tu alma, tú eres dueña de tu vida y decides quien entra y quien no, debes ser fuerte y decidir poner un stop a lo que sea que te suceda — —Gracias — Fue lo único que le pude decir a la enfermera después de haberme dicho tal cosa, ella tiene razón cuando dice que no debo dejar que nadie afecte mi vida, me recosté e intentaba dormir cuando de repente entró alguien más a la habitación, me quedé con los ojos cerrados pensando que era otra vez la enfermera, pero no fue así, alguien puso sus manos en mi boca, abrí los ojos y allí estaba ese horrible hombre, mi padre. —Hola muñequita, sabes bien porque estoy aquí ¿verdad? — Asentí con la cabeza dándole a entender que sabía de lo que estaba hablando —Muy bien mi querida Keith, no debes mencionarle a nadie lo bien que la pasas con tu querido papi ¿sabes una cosa muñeca? Creo que tomaste la mejor decisión sobre ese mocoso que llevas dentro de ti, no quiero otra boca que alimentar, te deshará de él de inmediato, eres una tonta no sé porque no te cuidaste, pero descuida, desde que nos libremos de ese mocoso volveremos a ser felices, lo prometo muñequita — —Eres un enfermo mental , no sabes cuanto te odio papá — —También te amo muñeca — Justo en esos momentos entró la doctora y una de las enfermeras, ambas tenían unos papeles en sus manos, aunque las noticias quizás no eran muy buenas sus caras me dejaban claro que todo había salido mal —Keith tenemos noticias, señor Suarez hágame el favor de esperar del otro lado de la puerta, debemos hablar a solas con la señorita Keith — —Soy su padre y tengo derecho de saber lo que le pasa a mi hija — —Señor no nos haga repetirlo de nuevo, salga de la habitación ahora o llamaremos a seguridad para que lo saquen a la fuerza, recuerde que su hija es mayor de edad por ende no es necesario que usted esté aquí — —Bien, bien… ya me voy, Keith mi amor estaré allí afuera, cualquier cosa me gritas — Ese hombre me saca de mis casillas, lo odio más que a mi propia vida, es lo peor que me pudo haber pasado en mi miserable existencia —Doctora dígame qué salió en los resultados, no me deje con esta angustia — —Lo siento Keith, pero no podemos hacer el procedimiento — —¿Pero porqué no? — —Tus resultados salieron muy mal, tienes una anemia crónica, no podemos practicarte el aborto porque corremos el riesgo de que mueras en el intento, lo siento mucho — —No puede decirme eso doctora, debe haber algo que se pueda hacer, estoy segura que si me dejan ingresada aquí y me dan vitaminas podrán hacerlo, solo unos días por favor — —No podemos hacer eso Keith, aunque tenemos otra opción para ti — —¿Qué otra opción podría servirme? — —Ten al bebé y luego lo das en adopción, en el transcurso del embarazo trataremos tu anemia y ya a la hora del parto estarás bien y podrás dar a luz al bebé, hasta ahora es lo mejor que puedes hacer — —No es una opción para mi ¿no entienden que no soportaré ver como esa cosa crece dentro de mi? Gracias pero no acepto su diagnóstico, necesito que me den el alta quiero irme ya, a mi casa — —Tu alta estará lista en unos minutos, lo siento mucho Keith — —Descuide doctora todo bien — Lo que me faltaba, tengo que tener a este niño, pero quien dijo que mi destino está escrito yo misma me libraré de esa carga y ya sé como lo haré. Ese mismo día nos marchamos a casa, la enfermera quedó pendiente de mi, hasta el número de mi celular tomó, no sé que quiera esta mujer conmigo, no me quiso ayudar a deshacerme del problema y ahora quiere saber como me va, quien entiende a los humanos. Entré a la casa y de inmediato corrí hasta el segundo piso, mi padre se quedó cerrando la puerta, pero cuando se dió cuenta que ya no estaba a su lado empezó a gritar mi nombre como loco —Keith, Keith, Keith Suarez ven aquí, no podrás escapar de mi niña tonta, será mejor que me abras la puerta, me vas a compensar los días que estuviste fuera de casa, ábreme o tiro la maldita puerta — —Déjame en paz papá o llamaré a la policía, ya no quiero que me toques, no quiero seguir siendo tu esclava s****l, ya basta por amor a Dios — —Me estas haciendo enojar, abre la puta puerta o la tiro — —Tengo el teléfono en las manos y marcaré a emergencias, tú decides papá — —Está bien vamos a calmarnos, por qué no me abres y hablamos más despacio, nadie nos va a interrumpir, envíe a tus hermanos a Miami con la abuela no nos van a molestar, te lo juro — —Eres un mentiroso, no me vas a dejar en paz, me seguirás acosando y eso no lo voy a permitir — Tenía muy claro que sin mis hermanos en casa las cosas empeoraban a un cien por ciento ya que este cerdo que llamo padre no me molestaba con ellos en casa ¿Qué haré ahora? Anda Keith eres muy inteligente piensa, ya no quiero ser la esclava de ese horrible ser humano. —Bien me retiraré de la puerta, me iré a mi habitación y no te molestaré por el día de hoy, lo juro por lo más sagrado — —No tienes nada en esta vida que sea sagrado papá, ni tus propios hijos son sagrados para ti, eres una basura y descuida que no creo nada de lo que dices, así que prefiero quedarme aquí encerrada hasta que regresen mis hermanos — —Ellos no van a regresar y tú tendrás que salir de tu jaula algún día o morirás de hambre, ya me vas a suplicar que te haga feliz en las noches, así que descansa muñequita — Me senté detrás de la puerta y comencé a llorar, no tengo fuerzas para continuar con todo esto, que debo hacer, tomé mi teléfono y busqué por Internet el número del hospital donde me habían atendido anteriormente, marqué y contestó una chica —Buenas noche, hospital Santa Cruz ¿en que lo puedo ayudar? — —Hola señorita, estoy llamando porque necesito que me comunique con la enfermera Castillo por favor — —¿Quien la llama? — —Dígale que una amiga llamada Keith — —Deme unos minutos y transfiero la llamada — —Muchas gracias, aquí espero — Han pasado unos diez minutos y aun sigo en espera, no quiero arrepentirme de hacer lo que haré, pero si tarda un poco más me voy arrepentir y colgaré la llamada —Hola, señorita Keith ¿Sigue en la línea?— —Si, si… aquí estoy — —Lamento informarle que Castillo terminó su turno hace una media hora, ¿necesita usted que le guarde algún recado para mañana? — —No gracias, yo la llamaré luego — No puede ser ¿será que mi destino es este, vivir una vida de maltratos? No puedo seguir, ya no tengo fuerzas, recosté mi cabeza en la almohada y sentía como mis ojos se cerraban, la verdad es que estoy muy agotada Al despertar noté que ya el sol había salido, como dije que no iba a salir de la habitación me quedé acurrucada entre las sábanas, las horas pasaban y mi estomago pedía que le echara de comer, prefiero morir de hambre antes de permitir que mi padre vuelva a tocarme, me paré y caminé en pasos lentos hasta mi puerta, coloqué mi oído en la puerta e intenté escuchar del otro lado, al parecer no hay nadie, quizás se fue para el trabajo, intentaré salir para buscar algo de comer, Abrí la puerta despacio y en silencio, caminé hasta las escaleras y las bajé muy despacio, llegué hasta la cocina, me acerqué hasta la ventana y vi que el coche de mi padre no está, respiré y con calma, tomé pan, mantequilla y un vaso de jugo, me di la vuelta y ahí está parado como una estatua, todo lo que sostenía con mis manos se fue al piso —¡Sorpresa muñequita! Pensaste que te saldrías con la tuya pero ya ves que no, el diablo sabe más por viejo que por diablo, estoy muy furioso — —Pero, pero…. Estabas trabajando ¿Qué haces aquí? — —Esta es mi casa, no puedo creer que seas tan tonta e ingenua, nunca te imaginaste que podría solo mover el auto para que creyeras que no estaba en casa, se nota que eres una vil hija de tu madre — —Ya déjame tranquila, entiende que esto que me haces es una aberración, además estoy esperando un hijo tuyo, una escoria procreada por ti — —Eres una chiquilla malcriada y te voy a enseñar a respetar a tus mayores — Justo llegó la mejor idea de mi vida a mi cabeza, y la pondré en práctica —¿Sabes una cosa papito? No sabes como me alegro que mi madre se marchara con otro, no la merecías eres un maldito cerdo asqueroso que merece estar muerto — —Ya me sacaste de mis casillas estúpida, ven aquí, te daré una paliza para que aprendas a respetar — Mi padre caminó hasta donde yo me encontraba, yo no moví ni un centímetro de mi cuerpo, me quedé justo donde estaba, así que lo primero que sentí fue una cachetada, luego me tomó por el pelo y me arrastró por toda la cocina hasta llegar a la sala, su cara se había transformado era como si dentro de él existía un animal, me lanzó con fuerza al mueble, rasgó mi ropa y me violó como una bestia, yo no hice ningún movimiento me quedé estática, luego de eso me escupió la cara y me dijo cosas horribles —Eres una perra que merece morir como tal, mal nacida, nunca debiste haber nacido eres mi peor error Keith y por eso es que te odio tanto, eres el vivo recuerdo de tu madre por eso me cobraré todo lo que esa perra me hizo — —Eres un cobarde que solo sabe abusar de las mujeres inocentes ¿Qué esperas para acabar con mi sufrimiento? Mátame maldito cerdo — —Ahora si te ganaste una buena paliza por estar de irrespetuosa — Esto es lo que yo buscaba, me pegó una patada en el vientre una muy fuerte que hasta sentí como se desprendía ese bebé dentro de mi, me pegó con todas sus fuerzas hasta dejarme sin conocimiento. No sé cuánto tiempo ha pasado pero abrí mis ojos y de inmediato me di cuenta que estaba otra vez en la sala de hospital ¿será que soy residente en este lugar? Unos minutos después entró la enfermera a la habitación, esa enfermera que me brindó su ayuda unos días antes —Hola Keith ¿Cómo estás? — —Estoy bien — —Tienes mucha suerte de estar con vida — —No entiendo a que se refiere— —¿Por qué te lanzaste de las escaleras? Pudiste haberte matado, no sé porque arriesgas así tu vida — —¿Perdón? ¿Quién le dijo tal mentira? — —Tu padre nos lo dijo, el fue quien te trajo al hospital, y pues lamento informarte que perdiste al bebé, el golpe que recibiste en el estómago fue contundente, es tan así que tienes el vientre todo morado, al parecer ahí fue donde recibiste todo el golpe — Me empecé a sentir airada y molesta y exploté —Yo no me lancé por las escaleras, mi padre fue quien me golpeó así de fuerte, el fue quien provocó todos estos golpes en mi, y lo más cruel de todo es que ese bebé era… — Cuando le iba a decir a la enfermera que el bebé era de mi padre este entró a la habitación, siempre tan inoportuno —Buenas noches enfermera ¿Todo está bajo control con Keith? — —No señor, Keith me iba a decir de quien era ese bebé, también me dijo que él autor intelectual de tal paliza es usted, sabe bien que pegarle así a su hija es un delito, así que notificaré a la policía ellos deben saber lo que pasó aquí — —Espere señorita, espere… no vaya usted a denunciarme por favor, mire yo soy padre soltero y he criado a mis tres hijos yo solo, y pues cuando Keith me confesó quien era el padre del bebé enfurecí y perdí el control, reconozco que la golpeé muy fuerte y que producto de eso ella perdió a mi nieto, por lo que más quiera enfermera no me vaya a denunciar — —Bien señor, pero no le prometo nada, lo que usted hizo está penado por la ley, ¿golpear a su hija solo porque supo quien es el padre de su nieto? ¿Acaso a usted se le olvidó que su hija tiene veinte años? Es adulta señor, ahora salga de la habitación y deje descansar a su hija — —Gracias señorita, disculpe es que me salí de control ¿puedo despedirme de mi hija? — —Tiene solo dos minutos — —Enfermera por favor no me deje con este señor, no se vaya — —Tranquila Keith que nada te va a pasar, estaré ahí afuera, cualquier cosa gritas y vendré, señor, dos minutos no más de ahí — —Entiendo, solo dos minutos — La enfermera salió de la habitación y de inmediato mi corazón empezó a latir muy fuerte, estoy realmente muy asustada, por más fuerte que quiera ser no puedo —Padre por favor te pido que salgas de la habitación, necesito descansar — —Cállate estúpida, ¿con que me ibas a denunciar ah? Disfruta tu minuto de fama ahora que te están resguardando, porque cuando llegues a casa nadie te podrá defender de mi ira, maldita tonta, esta vez no te vas a librar de mi, ya me tienes harto — —Eres la peor escoria que puede existir sobre esta tierra, le pido a la vida que te cobre cada lagrima que he derramado, cada golpe que me haz dado, te juro papá que algún día me vas a pedir de rodillas que te perdone, pero yo jamás te voy a perdonar, te odio, te odio, te odio… — —Puedes decirme lo que quieras, al final del camino siempre estaré yo, soy tu pesadilla Keith, no debiste haber nacido nunca mocosa, eres igual a tu madre y eso es lo que más me molesta, pero ya te dejaré descansar ¿es lo que quieres no? Tranquila que en algún momento te dan el alta y yo te estaré esperando con los brazos abiertos, descuida muñequita que tu volverás a casa— —Sal de la habitación o voy a gritar, te juro que gritaré — Cada palabra que salía de la boca de ese señor era como una puñalada al corazón, lo odio con todas mis fuerzas. Después de que mi padre salió de la habitación, la enfermera Castillo entró, en su rostro se notaba que me traía malas noticias —¿Está todo bien? — —No Keith, no te traigo buenas noticias — —Dígame por favor, no creo que algo peor me pueda pasar ahora — —No sé como vayas a tomar esto que te diré, lo siento tanto mi niña, eres tan joven que no mereces este destino — —¿ Que díablos está pasando? — —No podrás tener más hijos, tu matriz quedó muy dañada y pues con el legrado que te practicamos tuvimos también que extirpar parte de tus ovarios, estaban muy afectados, y pues no creemos que te puedas volver a embarazar, lo siento — Mis lágrimas cayeron por mis mejillas, no puedo creer que mi padre me haya arruinado la vida así, no podré ser madre jamás, por culpa de ese bestia no seré mamá —¿ Hay alguna probabilidad de que pueda quedar embarazada? No importa que tan poquito sea solo dígame si la hay — —Tienes solo un quince porciento de quedar en embarazo, es muy poca la probabilidad, de verdad lo siento mucho Keith — —Descuide enfermera, quizás mi destino no sea dar vida —
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