Capítulo 5
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Charlie
Llego a mi casa, después de llevar a Liv a la suya, la emoción que siento no tiene comparación, durante todo el camino no paraba de hablar y pensar en:
¿Cómo debería pedírselo? ¿En qué lugar? ¿Cuándo? ¿Antes o después de graduarnos?
Las preguntas invaden mi mente y realmente quería compartir todo con Liv, pero ella estaba inusualmente callada.
A veces me siento un poco mal por ella, desde que éramos unos pequeños, comencé a salir con chicas, me sentía culpable por dejarla sola, puesto que ambos somos muy unidos, pero estaba tranquilo cuando ella me decía que todo estaba bien y cuando nos veíamos después de un largo fin de semana, ella me trataba como si nada, como si hubiésemos pasado un fin de semana juntos viendo películas.
Cuando me contó que estaba saliendo con Logan, al principio no me gustó mucho, ese chico siempre me dió mala espina, pero por ella, solo por ella, decidí darle una oportunidad.
Una oportunidad que se fue al carajo cuando comenzó a maltratarla y humillarla ante todos en la escuela, Liv al principio se defendía, pero después, ví como su luz se iba apagando, como se alejaba de nosotros y fue en ese preciso momento, que al fin comprendí, que algo estaba pasando con mi mejor amiga.
No puedo negar que siento un poco de lástima por ella, porque no es una mala persona y merece la felicidad que yo siento en este momento.
Agradezco al cielo que Mandy y Liv se lleven de maravilla, aunque al principio Mandy me celaba un poco con Liv, ella al fin comprendió que Liv es una persona especial para mí, pero no de la forma que ella lo es, sino de una manera más familiar.
Me doy cuenta de la hora y bajo apresuradamente las escaleras de la casa porque recuerdo que le prometí a mamá ayudarla a hacer la cena.
Llego a la cocina encontrándola en su faena, veo unos cuantos vegetales en la encimera y sin decir nada comienzo a cortarlos.
Luego de unos minutos mi madre habla rompiendo el silencio.
—Pensé que me dejarías plantada una vez más, últimamente eso es lo que haces ¿No?
«¡Maldición! ¿Hasta cuándo me lo va a recordar?»
Dos semanas, dos benditas semanas y aún no lo supera.
—Aquí estoy mamá, como lo prometí—respondo cansado, sin ánimos pelear de nuevo
—Aun no puedo creer como dejaste plantada a Liv de esa forma, solo por ir a socorrer a tu noviecita al salón de belleza de la ciudad, ¿Sabes todo lo que tuvo que caminar esa pobre chica? ¿De noche? ¿Sola? —espeta molesta mientras mezcla la salsa con ira y sé que tiene razón—solo quiero hacerte entender hijo, que si dices que vas a buscar a alguien, hazlo, sin importar que llegues tarde, debes cumplir tus promesas y tú palabra, ¡no quiero ni imaginar lo que le pudo haber pasado a liv!— me dice ahora cortando una papá, bueno, mejor dicho, masacrando a una papa, molesta
—Lo siento mamá ¿Si? —le digo sinceramente —pero deberías calmarte un poco ya, no paso nada a mayores y ni siquiera Liv está tan enojada conmigo como lo estás tú.
Suelto irritado.
—Porque esa niña te quiere más de lo que imaginas aunque seas un tarado
Espeta confundiéndome.
—Hombre tenía que ser...
Papá llega en ese momento y logra que mamá centre su atención en él, cosa que me viene de maravilla porque ya no deseo más regaños por cosas que no sucedieron.
Los veo juntos, las miradas que se dan y me doy cuenta de que ese es el futuro que quiero con Mandy, casarnos, tener hijos, y llegar hasta viejitos juntos.
Terminamos de cocinar en silencio, y la verdad estoy muy feliz de compartirles a mis padres mis planes de casarme con Mandy.
Mi padre y mis hermanos nos ayudan a colocar la mesa y yo ayudo a mi madre a llevar la comida, todos nos sentamos a comer y creo que es tiempo de hacer el anuncio.
Aclaro mi garganta fuertemente, llamando así la atención de todos y comienzo a hablar
—Familia, he tomado una decisión y espero que como siempre han hecho, todos me apoyen y pueda sentir su afecto genuino como siempre lo he sentido—mi madre frunce el ceño y mi padre me observa expectante.
—he decidido pedirle matrimonio a Mandy.
Suelto observando sus reacciones, mi madre se ahoga con el jugo que estaba bebiendo y la mesa queda en completo silencio.
—Wow hijo, la verdad no se que decirte—expresa mi padre pasando sus manos por la cabeza—Lo único que quiero que sepas es que siempre vas a contar con mi apoyo —camina hacia mí con los brazos abiertos y me levanto para estrecharnos en un abrazo.
Mi madre espera callada mientras nos abrazamos, se nos queda mirando y le dice a mi padre
—¿Te has vuelto loco o qué? Charlie es tan solo un niño, ¿Cómo apoyas la loca idea de casarse? —suelta molesta observando a mi padre quien se acerca a abrazarla.
—Nosotros también nos casamos jóvenes querida, además, ellos están a punto de ser mayores de edad, no veo porque haya algo malo— le dice intentando conciliar con ella.
Comienza a negar con la cabeza y me mira directamente
—No, te amo demasiado Charlie pero esto no puedo consentirlo, ¿En serio quieres pasar toda tu vida atado a una chica como Mandy? —pregunta molesta, su comentario me irrita un poco sin embargo guardo silencio.
—Mamá no te permito... —empiezo y ella levanta la mano para hacerme callar
—No me hables de esa forma, te recuerdo que soy tu madre, y si tú lo que quieres es casarte con ella, de una vez te advierto que conmigo no cuentes— se da media vuelta y abandona el lugar.
Me quedo viendo a mi padre quien suspira en su lugar.
—¿Crees que hice mal?
Pregunto y él se encoge de hombros.
—Sabes cómo es tu madre, se preocupa por ti.
—Se preocupa de más.
Mi padre me da una mirada de reojo y asiente.
—Si es lo que quieres te apoyo hijo, pase lo que pase.
Asiento y decido salir. Necesito aire fresco.
Me siento en el pórtico de la casa y suelto un suspiro.
«¿Porque mi madre no podía apoyarme?»
Sabía que era muy joven, pero estaba claro en las decisiones que quería tomar, además que mi madre siempre a preferido a Liv antes que a Mandy
¿Por qué? No lo sé, lo que sí sabía era que estaba enojado, la persona más importante para mí era mi madre, luego Mandy, luego Liv.
Tal Vez Liv y yo éramos amigos desde niños, y la quería muchísimo, pero mi novia, y futura esposa, es mi compañera de vida, no puedo simplemente dejarla a un lado y poner a Liv como mi prioridad, no sería lo correcto.
Escucho un movimiento a mi lado y giro mi cabeza para descubrir que es, mi mirada choca con la de una chica castaña, de mi edad.
—¿Hola?—digo al momento en el que se sienta a mi lado.
Mi ceño fruncido debe darle a ver mi desconfianza, porque alza las manos en son de paz.
—Soy Maria, tu nueva vecina.
—Soy Charlie.
—¿Y esa cara de sufrimiento?—cuestiona confundida.
—Problemas.
—Siempre hay problemas, la cosa está en cómo respondemos a ellos. — me dice siendo positiva
—¿De dónde sacaste esa frase?—cuestiono divertido.
Ella se encoge de hombros y me observa de arriba a bajo
—¿entonces? ¿Me vas a contar?— me dice curiosa «esta chica es muy confianzuda pero necesito hablar con alguien en este momento»
—Mi madre no quiere que le pida matrimonio a una chica. — le digo cabizbajo ella me mira con los ojos abiertos por la sorpresa
—¿Cuántos años tienes?— exclama aún asombrada
—Dieciocho— le digo la verdad, ya que soy el mayor del curso porque fui el primero en cumplir años
—Somos muy jóvenes, ni siquiera terminamos el instituto y ya quieres atarte a una persona de por vida ¿estas demente?— prácticamente me reclama esta recién llegada, frunzo mi ceño y le respondo siendo sincero
—No, pero estoy muy seguro de mi decisión, amo a mi novia. — le digo con honestidad
Ella hace una mueca pensativa y añade
—Puedes amarla ahora, pero... Dentro de unos años, ella cambiará, las metas cambian, la personalidad, el carácter, aunque digan que el tiempo te hace madurar, lo cual en parte es cierto, eso no asegura que años más tarde seguirán siendo compatibles.— tiene razón en lo que dice pero lo que yo siento por ella es diferente ¿O no?
Suelto un pesado suspiro y las dudas me atacan.
Estaba seguro que amaba a Mandy, pero el temor de que algún día, el amor acabara, me dejaba en una encrucijada, y no sabía que camino tomar. Sacudo mi cabeza intentando disipar esas dudas y le digo a la chica
—Gracias, supongo.
—¿Por qué?—pregunta mirando al frente.
—Por confundirme, metiche—suelto con el ceño fruncido.
—¡Oye! Intento ayudarte. Sólo eso. — exclama molesta
—Si si, como digas, ahora me iré.
—Adios vecino malagradecido—se despide para ir a su casa.
Entro frustrado no sabiendo si era mejor quedarme adentro con mi enojo o haber salido y quedar peor.
No hablaré más con extraños en mi vida, esta chica lo que hizo fue confundirme.
Lo único que sabía, era que todo lo que hiciera, me afectaría, para bien o para mal.
Y el anillo en mi cuarto era la prueba del amor que sentía hacia Mandy.