- Todo está perfectamente diseñado para que hagas lo que quieras, puedes explotar una granada aquí dentro y no se escucharía nada afuera. - Estupendo - dijo Rafael con una gran sonrisa - Dime, sí yo dejo el monitor de bebé aquí se escuchara lo que hago ¿cierto? Naturalmente. Rafael tenía a Brooke en sus brazos mientras miraba con fascinación el resultado de su gran sala de tortura, podía imaginarse todo lo que haría en ese lugar. Se tomaría un tiempo en acomodar las armas y utensilios para que esté lista, pero ya era magnífico admirarlo así. - Esto será nuestro segundo hogar bebé - susurró Rafael acariciando el cabello de la bebé - Y cuando seas grande, tú misma pasaras el tiempo que quieras aqui. Agradeciendo y dando el p**o final al hombre, se retiró del cobertizo. Una y mil vec