“Nosotros, predestinados el uno al otro. Hechos el uno para el otro. Una pena. Aquel o aquellos que nos crearon el uno para el otro deberían haberse preocupado de algo más.” Andrzej Sapkowski —Quiero que vayas a vivir a la mansión. —le dijo sonriendo. —¿Qué dices? Es una broma. —Anna pregunta sorprendida. —No, jamás me jugaría con eso. —acaricia sus mejillas y la mira fijamente— Solo necesito pedirte un favor. —Sí, dime. —responde ella, curiosamente. —Dame tiempo para decirle sobre todo a Fred, lo nuestro. —¿Piensas que me rechazará? —lo mira con recelo. —No lo sé, el tiene un carácter algo difícil. —refiere él tratando de no confundir a Anna —¡Jajaja! Salió igual a ti —responde ella, jocosamente. —¡Jajaja! ¿De verdad me consideras un ogro? —enarca una ceja. —No, para nada. —Fe