(2 días después) Nunca imagine que tuviéramos que irnos de nuestra propia casa como dos fugitivos, pero después que ella me contara acerca de los anónimos que recibió, llame a Santiago y le conté de nuestra idea de irnos de aquí, y allí fue cuando sugirió que nos mudáramos de la manera más sigilosa posible y si era posible que nadie se enterara. Al principio creí que seria imposible, pero en resumidas cuentas lo único que tuvimos que mudar fue nuestra ropa y las cosas de los niños, algo que con la ayuda de Santiago y de nuestros hombres de plena confianza como lo son Mauricio, Franco, Gian, Lucca, y Tiziano, conseguimos hacer fácilmente. El pent-house es bastante amplio, obviamente no tiene todas las comodidades a las que estamos acostumbrados en la casa, pero al menos sabemos que aquí