Los presupuestos del desfile, los estados financieros, y los reportes de venta, en estos momentos parecerían no tener importancia alguna para mí, y es que no dejo de pensar en las cámaras que encontró Marco en la casa. Necesito saber quién está detrás de todo eso y hace cuanto que nos ha estado vigilando… intento hacer memoria de las últimas semanas, e incluso los últimos meses y trato de deducir si hubo algún momento en que la casa estuviera sin vigilancia para que esta persona tuviera el tiempo de instalar estas cámaras. Un golpe en la puerta de mi oficina me saca de mis pensamientos y de inmediato anuncio que quien sea que está del otro lado, puede pasar —señor Mancini, disculpe que lo interrumpa— me dice Fabiola. —No te preocupes, ¿Qué necesitas? — le pregunto tratando de ser nueva