A través de la vida, los seres humanos somos impredecibles, me encantan las antigüedades porque son objetos que ya tienen una historia, porque ya pertenecieron a alguien y dieron felicidad y quizás tristezas o hasta tragedias, así que dieron vida y muerte, y a mí en lo personal me interesa que hay atrás de cada antigüedad sea cual sea, ya sea medalla, collar, anillo, camafeo, un sillón o un juguete, lo que sea que tenga guardada una historia, así que siempre busco tiendas de antigüedades o voy a los mercados ambulantes a chacharear.
Aún recuerdo un día me fui a caminar, compre el periódico en un quiosco y me fui a sentar a la banca de un parque, abrí el periódico, pero no encontré nada interesante, así que lo cerré, empecé a ver a mi alrededor y justo enfrente de mi estaba una tienda de antigüedades y en su cartel decía con enormes letras:
“TIENDA DE ANTIGÜEDADES EL MANANTIAL”.
Así que deje el periódico en la banca, eso lo acostumbro para dar la oportunidad de que otra persona lo lea, pero bueno me pare, atravesé la calle, me pare enfrente de la tienda la cual la puerta la tenía en el centro y a los lados un aparador, me pare a ver uno de los aparadores, vi lo que había, estaba muy interesante, pero nada que me interesara a mí. Enseguida entre por la puerta de cristal, con una balanza labrada en el cristal, cuando ya estuve dentro de la tienda me sentí transportado a otro mundo, un mundo maravilloso en el cual puedes encontrar de todo y todo, empecé a recórrelo lentamente para ver detenidamente todo, hay de todo, aretes, anillos, brazaletes, jarrones, etc., etc.
Cuando me acerqué a la vitrina, vi a una persona mayor como de cincuenta años y estaba de espaldas, cuando me vio en la vitrina viendo lo que ahí había, ahí estaba lo más valioso de la tienda y lo más hermosos, él se acercó a mí y me dijo:
—Quiere que le enseñe algo en particular.
Alcé la cabeza y le dije:
—Solo estoy viendo.
Pero cuando lo vi lo reconocí, hacía tiempo de que lo había visto, pero él no se acordaba de mí, en ese entonces estaba en la escuela y yo era su maestro de literatura y él se interesaba mucho en esta materia, así que éramos muy cercanos, después el me vio más detenidamente, alzo su mano y con el dedo índice y me dijo:
—Usted se me hace conocido, creo que lo he visto antes en otro lugar, pero no lo recuerdo muy bien.
Después movió la cabeza como asiendo memoria, para recordar en donde me había visto, después reacciono y dijo:
—O, o, o a si ya lo recuerdo, pero no puedes ser tú, seguramente eres su hijo o algún familiar de él, pero como te pareces a él.
—A ¿Quién señor? —conteste yo.
—A un gran y querido maestro que tuve en la universidad, él se llama Andre, pero no puedes ser tú, dime, lo conoces o eres familiar de él.
—Sí, usted lo conoció. —yo conteste con esa falsedad a la que ya me había acostumbrado a través de los tiempos.
Él contesto:
—Claro, él fue mi maestro de literatura, como olvidarlo si era un maestro tan bueno y profesional, con él te podías pasar las horas platicando y aprendiendo tanto a través de sus pláticas y nunca te aburrías en su clase, esta nunca se te hacia aburrida, a que maestro y ¿Cómo está él?
Yo conteste:
—Falleció.
—O lo siento, de verdad lo siento, pero tú ¿Que eres de él? —pregunto.
—Su hijo, —asintiendo con la cabeza. —Si su hijo, pero bueno que casualidad verdad, que casualidad señor.
—Sí, pero es una casualidad muy agradable, pues tú me has hecho recordar tantas cosas de mi juventud, sabes, aparte de ser un magnifico maestro era un amigo, entrañable que te escuchaba cuando tu más necesitabas y te aconsejaba, y como decía él “Te voy a dar un consejo, tú sabes si lo tomas o lo dejas.” así decía muy serio, ha qué tiempos aquellos, pero dígame a usted, le gustan las antigüedades o solo anda aquí de causalidad.
—Si me gustan mucho las antigüedades, vi su tienda y como un imán me atrajo, así que me vera por aquí muy seguido, pero bueno creo que me tengo que ir.
Después solo me despedí y salí, camine, me senté nuevamente en una de las bancas del jardín y empecé a recordar a Roberto, ha Roberto era un joven muy jovial y estudioso, le gustaba mucho la historia egipcia, se metió tanto en esto que hasta fue a Egipto becado por la misma escuela, cuando regreso estaba maravillado y convencido de continuar estudiando la historia egipcia, pero cuando regreso y vio a su novia que había dejado cuando se fue becado a Egipto, esta estaba embarazada, así que tuvo que dejar los estudios para casarse y ponerse a trabajar, pero los padres de ambos los apoyaron y fue cuando decidió poner la casa de antigüedades, cuando se fue a Egipto se trajo varias cosas que encontró haya y con ellas empezó su tienda de antigüedades, que poco a poco la gente empezó a llegar a vender, lo que los abuelos o los padres les habían dejado, pensando que no valían nada, pero para Roberto eran invaluables, así su tienda era de compra y venta de antigüedades. Él continúo estudiando todo sobre la historia de los egipcios, pero ya por su cuenta, ya no volvió a la universidad.
Al siguiente día regrese a la tienda, esa tienda tenía algo mágico que te atrae, así que cuando llegue busque a Roberto, él me recibió como si me conociera de mucho tiempo después, con su mano me dijo:
—Pasa, pasa por aquí.
Yo lo seguí y fuimos a la trastienda, ya ahí nos sentamos en una pequeña mesa que había y me empezó a platicar me dijo:
—Sabes Andre, te llamas como tu papá y me siento tan a gusto contigo que pareciera que estoy con tu papá, y me da mucho gusto que hayas regresado, porque al fin tengo con quien platicar de lo que me interesa, ha, pero que burro se me olvido preguntarte que estudias o que estudiaste, yo ya estoy suponiendo y ni siquiera sé que es lo que te gusta.
El hombre estaba eufórico, así que yo con voz pausada le dije:
—Si don Roberto, mi papá me platico de usted, él lo recordó siempre y yo también doy clases, pero a nivel bachillerato, lo que, si es que me gustan mucho las antigüedades, es por eso que llegue hasta aquí.
—Qué bueno muchacho, pero te pareces tanto a tu padre que es como si tu fueras su viva imagen de él, bueno hasta hablas igual que él.
—Si don Roberto y que ha sido de su vida.
—A mira a tu papá la última vez que lo vi fue cuando me casé y cuando puse la tienda de antigüedades él me dijo:
—Roberto es la mejor inversión que has hecho veras que te va a ir muy bien.
—Después ya no lo volví a ver, porque sabes el además de ser un excelente maestro fue un gran amigo, y si, él tenía razón, mira con mi tienda, he salido adelante, amo a mi esposa como si fuera aun mi novia y creo que mi esposa aun me ama, pues ella sigue conmigo, después de que nos casamos ella se embarazo y con el tiempo tuvimos tres hijos, el grande que se llama Roberto, el segundo que se llama Armando y la tercera que es una linda joven, se llama Nefertiti, su nombre lo escogí yo, es el nombre de la más importante faraón de Egipto, mis hijos aún están estudiando y mi hija también.
Después de una larga charla sobre su vida, salimos a la tienda y empezó a enseñarme una que otra antigüedad, las más valiosas, tanto monetariamente como sentimental, antigüedades de las que no quería deshacerse, yo estaba maravillado. De pronto, atrás de un mostrador se encontraba una joven barriendo y sacudiendo, de pronto se detiene en el mostrador y ve algo que no había visto que para ella era nuevo, lo veía atreves del cristal con insistencia, después recorrió la puerta también de cristal y tomo algo, yo la observaba detenidamente, pero con discreción, ella saco un objeto lo veía y escudriñaba con la vista, parecía que no podía creer lo que veía, después vi que era un anillo y de pronto ella se lo puso, estiro la mano y se lo veía movía la mano de un lado para otro, acercaba la mano y la alejaba, después ella dijo en voz baja.
—Está hecho para mí, me queda perfectamente, ni flojo ni apretado.
Después continuo sus labores, pero ya no se quitó el anillo. Posteriormente me despedí de Roberto, no sin antes recibir una invitación a comer para el día siguiente, y así conociera yo a su familia, yo no puse escusas accedí, y nos veríamos el día siguiente.
Después de salir, me fui para mi casa, pero iba yo pensando en lo que había pasado, me causaba curiosidad ese anillo, no sabía porque, pero tenía curiosidad, porque en el momento que esta chica estaba cerca del anillo, vio directamente en donde estaba el anillo, es como si al estar cerca del anillo la hubiese llamado, pero bueno, traté de ya no pensar en eso.
Al siguiente día me fui al súper a comprar una botella de vino, después pase por una florería y compre un ramo de diferentes flores, para la esposa de mi amigo, así me dirigí a la tienda de antigüedades a conocer a la familia de mi amigo, de la cual él se sentía tan orgulloso, cuando entre a la tienda Roberto ya me estaba esperando, nos saludamos, entonces la joven cerró la tienda y Roberto me dijo:
—Sígueme.
Yo lo hice, atrás de la tienda había unas escaleras de madera, subimos las escaleras y ya arriba estaba su casa, ellos vivían en la parte de arriba de la tienda, la decoración era conservadora, llena de antigüedades, tanto muebles como adornos, lámparas, candiles. Cuando llegue la mesa ya estaba puesta, me recibió la señora, esposa de Roberto, ella una señora muy conservada, guapa y muy educada, se presentó y me dijo que se llamaba Alma, a ella le di las flores, le entregue la botella de vino, posteriormente me presento a sus hijos y la chica que se puso el anillo que aun tenia puesto, era su hija Nefertiti, hicimos un pequeño entre mes y después empezamos a comer, algo sencillo, pero muy rico, ya entrando en confianza Armando me dijo que él estaba estudiando antropología, que ya había ido a Egipto y que había traído varias cosas que encontró en los mercados de cháchara, que hay en ese país, en eso voltea a ver a su hermana y me dice:
—Mira entre las cosas que me traje esta, este anillo que trae Titi.
Así le dicen de cariño, Titi, ella alzo la mano y me lo enseño entonces le dije:
—Un favor te lo puedes quitar y enseñármelo para verlo más de cerca.
Ella accedió al mover la cabeza, miro el anillo muy normal y solo se lo quito y me lo dio, entonces empecé a ver el anillo más detenidamente, el anillo era totalmente de oro y al frente tenía unas líneas semejando, muy semejando el aire, de un lado y del otro una media luna, por dentro del anillo tenía unas letras que no pude interpretar, en seguida le regrese el anillo, no me quise ver muy interesado en el, pero la mire indecisa de volver a tomar el anillo, al final lo tomo, ella se da cuenta que la miraba y solo se lo volvió a poner, después de la comida me retire y me despedí de ellos.
Ya habían pasado varios días, después de que Nefertiti se puso el anillo y empezó a sentir que no estaba sola, sentía que alguien estaba con ella en todo momento, que la observaban, siempre andaba inquieta, a veces como que veía a una mujer con vestimenta egipcia, así pasaron los días, pero una noche que ella estaba dormida empezó a soñar que estaba en el antiguo Egipto, y que caminaba por los corredores de un templo, ella veía pasar a la gente, pero ellos no la veían a ella, era como si ella fuera una espectadora, después al dar la vuelta por uno de los pasillos llego hasta una habitación donde estaba una mujer con varias sirvientas que la vestían, ella solo estaba parada dejando que la vistieran, de pronto llegaba un hombre joven atlético y no feo, y que se veía que era poderoso, pues las sirvientas en cuando lo vieron corrieron y salieron de la habitación, Nefertiti solo los veía. Cuando de pronto él se acercaba a ella y la jalaba de la mano, pero ella se resistía a ir con él, cuándo estaba a punto de llevársela llegaba otro hombre, pero este era mayor con una túnica, al momento de verlo el hombre joven soltó a la chica y se fue muy enojado, la chica lloraba, en eso Nefertiti despertó sobresaltada y estaba sudando, cuando se sentó en la cama para reponerse de la pesadilla que había tenido le pareció ver a la chica sentada en el suelo llorando, abrió y cerró los ojos varias veces, pero esta imagen desapareció ante sus ojos. Entonces se paró, fue al baño, se mojó la cara como para borrar lo que había soñado y sentido, porque ella veía como si fuera una espectadora, pero sentía lo que la chica sentía, era como si fuera ella, como si al mismo tiempo que era espectadora también fuera la protagonista.
Después regreso a la cama, no entendía nada, todo había sido tan real, ella movía su cabeza como rechazando todo lo que había soñado y visto, se volvió a costar tratando de dormir nuevamente y si se durmió. Hasta el otro día no se explicaba porque esa pesadilla, esa fue la primera vez que soñó con la chica, Nefertiti no sabía que pensar y no le quería decir a nadie lo que le estaba pasando, pues estaba segura de que nadie le creería, así que por el momento no le dio importancia y continuo con su vida normal, pero por más que ella quería ignorarlo, por las noches cuando dormía era lo mismo, volvía a soñar lo mismo una y otra vez, hasta que un día por la noche, su pesadilla cambio en el sueño, todo era lo mismo, hasta que en esta ocasión la chica estaba dormida. Cuando Nefertiti llego a su alcoba, dormía profundamente la chica, cuando de pronto llego nuevamente, el joven así vestido como los antiguos egipcios, se sentó a un lado de la chica, Titi no sabía quién era, ni el joven, ni la chica, así que ella solo observaba al chico que estaba sentado, veía a la chica con insistencia y en los ojos se notaba mucho coraje, entonces se llevó la mano a la cintura y saco de ella una daga, después hizo el intento de apuñalar a la chica, cuando de pronto se oyeron unas pisadas por el corredor, el volvió a ocultar la daga, se paró y se ocultó en la terraza de la habitación. En eso entro la misma persona que evito que el sujeto le hiciera algún daño a la chica, solo la mira por un momento y vuelve a salir de la habitación, cuando Titi vio de nuevo que el chico quería apuñalarla, estuvo a punto de despertar a la chica, pero ella se tapó la boca con la mano, por un momento pensó que el chico la escucho, hizo el intento de gritar, el joven volteo buscando a alguien y fue cuando Titi se tapó la boca con la mano nuevamente, después el joven que Titi también no sabía quién era, se paró cerca de la cama de la chica, la vio, se dio la vuelta y salió. En cuanto salió el chico, también lo hizo, pero él se fue corriendo y escondiéndose, Titi salió de la habitación, se paró cerca de un balcón y en eso sintió que alguien la empujaba y caía del balcón, cuando caía ella gritaba, sabía que iba a morir, cuando de pronto sintió que alguien la despertaba, cuando abrió los ojos era su papá que la llamaba y la movía para que despertara, cuando lo vio, lo abrazo y empezó a llorar, Roberto le dijo:
—Ya calma, solo fue una pesadilla tranquila, ya paso hija.
Ella poco a poco se fue calmando, ya cuando lo hizo, su papá le pregunto:
—¿Que paso? Nefertiti, estabas gritando muy fuerte, que paso hija.
Ella le contesto:
—Papá, papá, soñé que estaba a punto de morir.
—Pero como hija, es solo un sueño, recuerda que en los sueños tú los puedes manejar, es tu sueño y solo tú tienes el poder hija, solo tú puedes dominar tu sueño.
—Pero papá en mi sueño yo pensé que solo era espectadora, todo pasa en el antiguo Egipto, pero esta vez yo fui protagonista y estuve a punto de morir.
—Entonces Titi.
Le conto a su papá todo lo de sus sueños, y el cambio que había en esta ocasión entonces le dijo:
—¿Que hago papá? Ya me da miedo dormir.
—No, no hija eso no puede ser, no debes de tener miedo, tienes que enfrentar lo que sea, pero sin miedo, el miedo para los antiguos aztecas lo consideraban una enfermedad, así que no debes tener miedo y enfrentarte con valentía a lo que sea, aun estando segura que puedes perder y si es un sueño no debes darle el poder a otra persona de tus sueños, esos son tus sueños y nadie puede mandar en ellos, solo tú.
Así poco a poco titi se fue tranquilizando, su papá la arropo, ella se acomodó para dormir nuevamente, su papá salió, cerró la puerta y se fue a su habitación, pero con un semblante preocupado y asombrado, preguntándose a sí mismo, que es lo que estaba pasando con su hija, por el momento no hizo nada, se fue a dormir. Al siguiente día se fue a su despacho, y empezó a ver en su computadora todo sobre el antiguo Egipto, tenía que saber que es por lo que estaba pasando su hija.