Entró por la puerta de mi casa casi azotándola, me recargo en ella soltando un suspiro.
─¿Que te sucede? ─escucho la voz de Olivia, levantó la vista y la veo con la mirada fija en mi. ─ Luci, ¿estas bien, acaso viste un fantasma? ─me pregunta algo preocupada.
─Estoy bien ─le digo, pero no se ve convencida.
─Luci... ¿Que sucede?, que no me tienes confianza ¿Porque llegaste así casi corriendo y algo asustada? —ella como siempre preocupándose por mi.
─No es nada... Ya sabes... Es Liam... ─le digo en voz baja para que no me escuchen los mostrillos. ─Ya sabes lo de siempre. ─vuelvo a suspirar cansada.
─Mi querida niña, que te puedo decir que no te haya dicho ya y no quieras escucharlo ─hace un gesto con sus labios hacia un lado ─Mi cariño, ¿por qué no le das ya una oportunidad? deja que el tiempo lo decida, que todo fluya y que solito se vaya dando, pero tu eres la que tiene que elegir que es lo mejor para ti.
─¿Ya hemos hablado de esto, y no puedo hacerlo ─le digo mientras camino hacia la sala para dejar mis cosas ─¿Y los mostrillos? ─me voy hacia la cocina para preparar la comida.
─Están con Ray, en su habitación. Ya sabes que mientras tu no estas ellos no se despegan de él, y como Ray venía cansado lo fui a recostar a su cama ─me dice sonriendo.
─Gracias, muchas gracias, sin ti no sé qué haría, eres más nuestra madre tú, que la verdadera. Y hablando de ella, ¿no sabes si ya llego? ─le pregunto
─Sabes bien que no tienes nada que agradecer, lo hago porque los amo y ustedes son mi familia, aunque no tengan mi sangre ustedes son como mis hijos. Y sobre Ana no se si ya este en su habitación, yo digo que sí porque escuche a ese tipo discutiendo y me imagino que era con ella.
Mi madre siempre hace eso, llega en las mañanas cuando yo no estoy y en la noche se vuelve a ir ¿a donde? quien sabe a donde, otras veces no llega en todo el día hasta en la noche, y cuando llega va y se encierra en su habitación, así es siempre, rara vez pasa la noche aquí. También está su pareja, el mantenido, holgazán, insoportable de Richard. No soy de odiar a las personas pero a él no lo soporto, el es la mayor causa de todos los males de Ana, lo único bueno que han hecho es a mi pequeña Amy, si ese desgraciado es el padre de Amy, todos creíamos que también lo era de Mateo, yo aun lo creo porque tiene algo de parecido a él, solo que mi niño es muy bueno y guapo, él lo ha negado ya que en ese tiempo mi madre anduvo con varios hombres a la vez y él siempre dice que no es de él, pero Ana le dice que si, ya ni se que pensar, lo que más me preocupa es Mateo, aunque no lo demuestre se que todo esto le lástima cuando los escucha discutir sobre ese asunto.
Llegan corriendo mis pequeños y me abrazan, me agachó y les doy un beso a cada uno.
─Ya está lista la comida, a lavarse las manos y después se vienen a sentar ─les digo.
—¡Si!, a que no me alcanzas Mat ─dice Amy, y salen corriendo.
Escucho la puerta de la habitación de Ana, (¡ay no!), ya viene ese hombre a molestar.
─¡Por fin! ─dice el holgazán gritando, cuando llega n lado y se queda de pie junto a la mesa —Ya era hora de que te pusieras hacer algo útil, en vez de andar de zorra ─ dice con despreció remarcando lo último. Se a deber dado cuenta que Liam venía conmigo, ha deber estado vigilando como en otras anteriores veces.
─¡Qué te pasa! ─le responde Olivia levantando la voz ─Esto que ves aquí ─señala la comida ─Es para los niños. ¡No para ti mantenido, infeliz!, Y no te insulto bien porque no quiero que me escuchen los pequeños.
─¡Y tu que te metes! solterona amargada, vete a buscar un viejo que te aguante, ve hacer tu vida y deja de meterte en la vida de otros, como siempre vieja metiche ─le responde el mantenido.
─¡Mira hijo de tu!... ─ la detengo sujetándola del brazo antes de que se le eche encima, esa mujer es capaz de hacerlo.
─Ya Olivia, déjalo así, es cuento de nunca acabar con él . Ya lo sabes, no se porque dejas que te saque de tus casillas ─la sigo agarrando del brazo.
─Es que no puedo dejar que se salga con la suya, no va a venir y sentarse como si nada y comer de esta comida, que a ti te han costado mucho trabajo trae, para alimentar a esos pequeños. Y esa es la obligación de este tipo y de esa mujer ─lo señala a él y luego hacia la habitación de mi madre ─No puedo quedarme viendo y cruzarme de brazos, mientras se aprovechan de ti.
─Lo sé, lo sé. Pero no ganamos nada discutiendo con ellos, como quiera cuando me vaya, él se sale con la suya y se alimenta de lo que les dejo a mis hermanos. Sabes que con él no se puede. ─digo suspirando, cansada de esta situación.
─¡Ya cállate!, eres una inútil, ni siquiera sirves para cocinar buena comida, ¿que es eso?, sopa de lentejas, ¡que asco! ─ dice el Richard
─Mejor, sirve que no comas y se lo dejes a los niños ─responde Olivia
─Como siempre defendiendo a esta inútil, a ver si la sigues defendiendo cuando salga embarazada por andar de ¡zorra! ─me grita casi cercas de mi cara, pasa por mi lado, saliendo después por la puerta de la casa.
Yo solo agachó la cabeza, no me importan sus palabras, si no que ya estoy harta, de él, de esta situación, de todo esto que mi madre nos ha dado de vida. Yo ya soy mayor de edad me podría ir, pero por su puesto nunca abandonaría a mis hermanos, ellos me necesitan, soy lo único que tienen, y por ellos es que me duele y aguanto todo esto...
Me siento a comer con mis pequeños y con Olivia. Después de terminar, ella se despide y se va. Ella tiene su vida y obligaciones, de echó, aprovecha su hora de comida para ir por mis hermanos a su escuela y estar un rato con ellos mientras yo llego. A veces se queda con nosotros a comer y otras veces no, ya que a veces tiene que regresar antes a su trabajo. Ella trabaja como asistente en un despacho muy grande de abogados, entro ahí desde que empezó a informarse para lo de las adopciones, y también porque estudio derecho.
Yo la admiro es muy inteligente y también muy buena para discutir.
Mis hermanitos se quedan solos un tiempo, entre los dos cuidan de Ray y de ellos mismos, la vecina viene a darles vuelta, ella tiene una copia de llaves que yo le entregue, ella me ayuda y yo así le doy algo de dinero, no es mucho pero es un apoyo. Dice que no es necesario pero yo se lo doy para que a complete para sus medicamentos ya que es diabética y son muy costosos. Solo tiene un hijo, y vive con ella, él ya es adulto pero con él ni cuenta mucho ya que anda en malos pasos. No es una mala persona sólo que se fue por el camino fácil, Olivia le dice cosas y yo lo defiendo, ella me regaña diciendo que yo siempre les veo lado bueno a las personas que son malas y que no se merecen nada.
Amy y Mat saben bien que si algo pasa pueden correr a pedir ayuda a la Sra. Martha nuestra vecina, ella tiene el número telefónico de donde trabajo por cualquier cosa.
Voy a la habitación de Ray y me despido de los pequeños, primero checo si nada les falta y que estén bien, después les doy un beso a cada uno.
Salgo y los encierro en la habitación, siempre es así, los tres se quedan ahí, les dejo bebidas y aperitivos, la habitación cuenta con baño y no es necesario que salgan de ella si alguno quiere usar el inodoro. Los dejo encerrados por su bienestar, no hay lugar en la casa mas seguro que ahí, ya que Richard y mi madre de repente andar por ahí por la casa y temo que les hagan daño. Ya pasó con Mateo una vez y no pienso correr el riesgo otra vez, a demás a veces se agarran a discutir e insultarse, y como también se drogan no quiero que mis niños los vean.
Me subo al bus, de aquí hago mas de media hora en llegar a mi trabajo, la entrada es de 3:30 pm y salgo a las 10:30 pm, a esa hora ya no hay bus, solo taxis, pero como no puedo gastar en uno, me hacen el favor de traerme, Lexia ella es mi compañera de trabajo y mi una buena amiga. Ella se ofreció a llevarme a casa todas las noches al salir yo le dije que no era necesario pero ella insistió e insistió diciendo que le quedaba de pasada, la verdad es que no vive muy retirado de donde yo vivo, ella también vive en un barrio pobre pero un poco más adelante del mío, se hubiera ofrecido a pasar por mi también pero eso no se puede ya que ella trabaja 12 horas y entra más temprano que yo.
Al llegar a la parada bajó del bus y cruzó la calle, camino como seis calles ya que el bus no entra para ese rumbo. Es una zona vip se podría decir, con establecimientos lujosos, tiendas, parqués, restaurantes y mucho más, para personas de dinero. Yo trabajo en esa zona en un restaurante de más prestigio y lujoso, trabajo ahí porque las propinas son muy buenas y son las que me ayudan a mantener a mi familia, ya que mi salario no es muy alto por ser mesera.
Llegó, y pasó por el estacionamiento y saludo al chico del valet parking, Zack así se llama, agitó mi mano en el aire y sonriendo, siempre lo hago y él me regresa el saludo. Es muy amable.
Entró por la puerta que esta aun lado del restaurante, es la entrada del personal, voy y checo mi entrada y me voy a mi casillero que está en la sala de descanso del personal, saco mi ropa doblada y planchada que traía en mi mochila, es una falda larga negra, me llega abajo de las rodillas, blusa blanca de manga corta, algo ajustada, ya que no había talla más grande, soy talla S y me dieron una XS un poco más chica de mi talla, iba encargar otra pero me la iban a descontar completo de mi sueldo y como es muy costosa mejor lo deje así, el calzado es cómodo y bajito, también es n***o, puedo decir que ese uniforme cuesta más que la ropa que compro para mi uso diario. La ventaja es que cuando entre a trabajar aquí me dieron dos uniformes y me lo descontaron de poco a poco y ellos mismos nos lo intercambian cada mes por otro nuevo y solo pagas la mitad del precio, el problema es que es al contado, y si quiero alguno extra ese seria p**o completo y también al contado, por eso mejor me quedo con los que tengo. El cabello debe ser bien peinado hacia atrás, me termino de alistar ya vengo peinada, igual me reviso otra vez no vaya hacer que me llamen la atención, ya que hay que estar muy bien presentable en este restaurante, que es de alto prestigio. Salgo y me voy poniendo mi mandil que va en la cintura, paso por la cocina y saludo al chef y a sus ayudantes.