—No sabes cuánto lo siento Ava. —Habló Sol con la voz rota y su cuñada la abrazó. —Tenía que haber asumido mi responsabilidad en la muerte de Otto, de haber sido así tú no hubieras tenido que pasar por todo esto. —Ni lo pienses Sol. —Habló Ava con seriedad mirándola a los ojos. —No me arrepiento de nada y si tuviera la opción de volver a aquella noche tomaría la misma decisión. Tú seguridad y la de mi sobrina dependían de eso. —Tu hermano jamás creyó en tú muerte. No dejaba de mencionar vuestra conexión de mellizos. —Reveló Sol y Ava se acercó a la cama tomando la mano de su hermano entre las suyas. —Uno siempre sabe lo que siente el otro, de la misma manera que pude sentir su dolor cuando te perdió, sabía que él también podía sentir mis emociones. Mi hermanito lindo. —Ava pasó la ma